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Cuatro de cada diez ciudadanos no tiene recursos para afrontar gastos imprevistos

Redacción - Viernes, 18 de Julio

Cada vez son más los ciudadanos que no pueden hacer frente a gastos imprevistos, según el último boletín de Focus on Spanish Society, editado por la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas). Un estudio que atestigua que desde el inicio de la crisis económica, allá por 2007, el porcentaje de españoles que llegan con lo justo a final de mes ha crecido más de 10 puntos, pasando del 30,4% de hace siete años al 41,1% de 2013.

Así, en 2013, dos de cada tres parados se mostraban incapaces de afrontar un gasto extra. Además, un 15,6% reconocía no poder mantener una temperatura adecuada en su casa, y un 8,1% afirmaba no poder permitirse comer carne, pollo o pescado al menos cada dos días.

También deja constancia de las restricciones en el gasto de los hogares la última Encuesta de Presupuestos Familiares: las familias españolas redujeron sus gastos un 14,4% de media entre 2007 y 2013.

El descenso es particularmente acusado en el consumo de bienes y servicios no considerados básicos, como el ocio (-30,7%), vestido y calzado (-35%), hoteles y restaurantes (-30,7%), muebles y equipamiento del hogar (-36%) y transportes (-31,1%).
Se mantiene la desigualdad

Pero la carencia de un colchón financiero no es exclusiva de las familias españolas. También en Irlanda, Grecia, Portugal, Italia y el Reino Unido ha aumentado significativamente el número de hogares en esa situación. De hecho, aunque es cierto que el mercado de trabajo de la Unión Europea se está recuperando poco a poco y, por primera vez desde 2011, se están incrementando el PIB, el empleo y los ingresos de los hogares, sigue aumentando el desempleo de larga duración y no ha mejorado la situación de los hogares con rentas bajas.

Estas son algunas de las principales conclusiones de la Comisión Europea en su último Estudio trimestral sobre el empleo y la situación social.

El estudio también pone de manifiesto que se mantiene la desigualdad respecto a las mujeres, que registran mayores tasas de desempleo y subempleo, y proporciona información actualizada sobre las últimas tendencias respecto a la movilidad de los trabajadores, en las que se confirman unas mayores tasas de empleo de los trabajadores desplazados a otros Estados miembros y unos niveles educativos cada vez más altos de este colectivo.

En palabras del comisario de Empleo, Asuntos Sociales e Inclusión de la UE, László Andor, "un gran número de personas sigue teniendo serios problemas para encontrar un puesto de trabajo, especialmente las que llevan mucho tiempo en paro. Los Estados miembros deben redoblar los esfuerzos por apoyar la creación de empleo y luchar contra la exclusión social, especialmente a través de las políticas activas del mercado de trabajo y de mayores inversiones en el terreno de lo social".

Entre las últimas señales positivas, el estudio destaca que se están creando empleos en el sector privado, principalmente en los servicios, y que el desempleo sigue bajando, aunque sea de forma moderada. Sin embargo, los niveles de empleo actuales (con alrededor de 224 millones de personas ocupadas) están aún por debajo de su nivel anterior a la crisis (en torno a 230 millones de personas ocupadas a mediados de 2008) y las tasas de desempleo se mantienen próximas a niveles históricamente elevados (el 10,4 por ciento en abril de 2014, tras un valor máximo del 10,9 por ciento que se observó en todo el primer semestre de 2013).
Mercado de trabajo

Existen grandes diferencias en los niveles de desempleo entre los Estados miembros y sigue siendo preocupante la calidad de los puestos de trabajo, dado que el crecimiento del empleo se debe principalmente al aumento de empleos temporales y/o a tiempo parcial. Y lo más alarmante es que el desempleo de larga duración se sigue incrementando en los países con tasas de paro más elevadas.

En este sentido, la situación sigue siendo muy difícil para los jóvenes menores de 25 años, con una tasa de desempleo del 22,5% en abril de 2014, mientras que la mejora del empleo ha beneficiado hasta ahora y ante todo a los trabajadores de más edad (de 55 a 64 años). La falta de trabajo ha afectado en primer lugar a los jóvenes, que se sienten cada vez más desanimados.

Para apoyar la transición de la escuela al trabajo, la Comisión ha propuesto Recomendaciones específicas por país a los Estados miembros acerca de la mejora de los servicios públicos de empleo y de la educación y la formación, el fomento de la formación de aprendices, y la aplicación con carácter urgente de la Garantía Juvenil.

 




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