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¿De dónde va a sacar dinero una Catalunya separada de España? Todos los grifos están cerrados

Javier Castelló López - Viernes, 30 de Octubre

Asisto perplejo al "proceso" o llamésmole como queramos, que está aconteciendo en Cataluña desde hace algún tiempo. Esta mañana hemos tenido que desayunar con una inquietante noticia que publicaba un medio digital, en el que aseguraba que altos ejecutivos del BCE han llamado al Área de Relación con Supervisores de seis grandes bancos españoles para que abandonen de forma inmediata el territorio catalán ante el grave riesgo que supone el quedar fuera del sistema de distribución de billetes que podría llevarles a tener que restringir la retirada de depósitos por parte de sus clientes ya que consideran que el riesgo no sólo estaría en el territorio de Cataluña sino que sería extensible a todo el sistema financiero español debido a que actualmente los balances de los bancos no distinguen entre una región u otra, y la restricción en el acceso a la financiación del BCE afectaría a toda la entidad en su conjunto.

        Una de las opciones que barajan estas seis grandes entidades españolas es convertir en filiales su negocio en Cataluña (se haya producido o no la independencia), y aquí es cuando pretendo explicar las consecuencias que esa partición de los balances de los bancos entre uno "catalán" y otro "español" supondría en la práctica.

        Tomando como ciertos los datos publicados en varios medios de comunicación españoles durante los últimos años, Cataluña tiene un montante global de créditos concedidos en su territorio por parte de las entidades financieras de 145.000  millones de € (cifras de hace algunos meses). 

        Las fuentes de financiación que utilizan los bancos para financiar su actividad crediticia son principalmente tres: capital de las propias entidades, deuda emitida por las propias entidades y depósitos bancarios de los clientes.

        En el caso de Cataluña, el nivel de actividad crediticia es soportada con fuentes de financiación externas en gran parte, ya que al pertenecer al sistema financiero español, los balances de las entidades financieras (su activo y pasivo) no distinguen a la hora de prestar en una región u otra y consideran el mercado como un todo, es decir, los depositos de Cantabria o Aragón sirven para financiar la actividad crediticia en Cataluña o en Baleares, y a su vez los depósitos catalanes pueden servir para financiar un préstamo en Canarias. 

        Si atendemos al nivel de créditos que hay en Cataluña (Unos 145.000 millones de €) y a su nivel de fuentes de financiación (capital+deudas+depósitos), existe un gap de entre 35.000 y 40.000 millones de € entre las fuentes de financiación y el nivel de créditos y préstamos de la región. ¿Qué quiere decir esto? Pues que en el momento en el que los balances fueran divididos entre un balance "español" y otro "catalán", el sistema financiero catalán necesitaría en el minuto 1  de su "independencia", una cantidad de dinero de entre 35.000 y 40.000 millones de € para mantener el actual nivel de créditos y préstamos en la región. 

        La pregunta siguiente sería, ¿De dónde los iban a obtener si el propio BCE acaba de advertir que el flujo de financiación mayorista del BCE estaría cerrado? Podríamos pensar que intentarían emitir deuda pública por ese importe para mantener (ojo, hablamos de mantener, no de aumentar) el actual nivel de créditos y préstamos, pero actualmente el gobierno catalán tiene totalmente cerrado el grifo de financiación exterior y su único sostén es el gobierno de España.

        ¿Cómo afectaría esto al tejido productivo? Pues obviamente las empresas con dependencia de la financiación bancaria tendrían que buscar cobijo en algún lugar de la UE donde las entidades financieras puedan seguir teniendo acceso a la financiación de urgencia del BCE para no tener que poner el cartel de "NO HAY DINERO".

        Como ejemplo podemos poner cualquiera de las miles de pymes que hay en Cataluña que tienen financiación en forma de pólizas de crédito o líneas de descuento para poder hacer frente a los pagos a sus proveedores que son los que le permiten seguir vendiendo de forma competitiva sus productos.

        Es por esto, que es muy probable que empiece a producirse un desfile de empresas que vayan cruzando una a una el Ebro o los Pirineos para buscar una tabla de salvación para su sistema de financiación que es en la práctica totalidad de las empresas, imprescindible. El escenario que se abre si la advertencia del BCE se consuma, es de auténtica parálisis en el funcionamiento diario de las empresas. Las consecuencias sociales en el corto plazo pueden ser devastadoras.

        El panorama que se vislumbra en una Cataluña independiente es altamente preocupante, ya que por encima de patriotas, las empresas son eso, empresas, y únicamente se mueven en última instancia por su instinto de supervivencia. ¿Alguien habla de esto?




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