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Educación financiera y asesoramiento profesional para reducir riesgos

J.L. Martínez Campuzano - Domingo, 21 de Noviembre

Key current vulnerabilities relate to the rise in indebtedness across sovereigns, non-financial corporates and households in response to COVID-19. These include higher debt burdens and the nexus between these three sectors and the financial system. Embedded leverage in the financial system may add to vulnerabilities, as well as risks building up in real estate in a number of jurisdictions. Accommodative financial conditions globally have kept debt servicing costs low and supported asset prices, amid a continued search for yield. Rising interest rates and greater divergence of economic and financial conditions between advanced economies and EMDEs could expose some of these vulnerabilities. The FSB will continue to monitor these risks.

These developments underline the need to reinforce global financial system resilience. Liquidity mismatches, along with other factors, could lead to pressures in some non-bank financial intermediaries under stressed conditions. A progress report on the FSB’s work programme to enhance the resilience of non-bank financial intermediation (NBFI) was published last month. It includes initiatives to assess and address such vulnerabilities, including policy proposals to enhance the resilience of money market funds. Moreover, members recalled the importance of rebuilding macroprudential policy space going forward.

Members also discussed a number of other emerging challenges. These include the financial system’s exposure to the physical and transition risks posed by climate change, and members emphasised the growing vulnerabilities for the financial system from the use of crypto-assets. The FSB will provide an updated assessment of the financial stability implications of crypto-assets to the G20 in February 2022. FSB Plenary meets in Basel.

 

https://www.fsb.org/2021/11/fsb-plenary-meets-in-basel/

 

En paralelo el Informe de estabilidad financiera del BCE publicado este miércoles se enfocaba en las vulnerabilidades y potenciales fuentes de riesgo futuro, desde el elevado endeudamiento, los precios de algunos activos financieros y  las actividades de entidades no bancos.

 

 

Las medidas monetarias expansivas extremas aplicadas por los bancos centrales desde el inicio de la pandemia que se acumulaban a las tomadas durante la Crisis financiera, han sido fundamentales para garantizar la estabilidad financiera durante todo este periodo. Pero su mantenimiento en el tiempo o su normalización, en principio situadas en los extremos del margen de actuación de las autoridades, plantean riesgos para la estabilidad financiera futura. Es importante buscar un punto medio en la actuación a desarrollar y comunicarlo bien, al mismo tiempo que se tomen medidas para ir mitigando las vulnerabilidades existentes.

 

Las autoridades internacionales llevan muchos meses advirtiendo de la vulnerabilidad de los mercados mayoristas como potencial riesgo que hay que vigilar. Incluso se ha pedido en más de una ocasión que la estricta supervisión y regulación que existe sobre los bancos se extienda de alguna forma a los mercados cuya importancia como ’financiadores en la sombra‘ ha crecido con fuerza desde la crisis financiera. A ello han contribuido las medidas monetarias extremas tomadas, imprescindibles ante una crisis como la actual, sin duda, como la compra de deuda por parte de los bancos centrales en los mercados. Como consecuencia, se han vuelto habituales las advertencias sobre la represión financiera del ahorro y la infravaloración del riesgo en las carteras; siempre supeditadas al desequilibrio existente para las autoridades entre el elevado coste de no tomar medidas y el asumible coste a corto plazo de tomarlas.

Ayer se presentaron las conclusiones del III Observatorio del Ahorro y la Inversión en España. https://www.bestinver.es/observatorio/

Una de las principales conclusiones de la encuesta es que más de la mitad de los inversores en 2021 se consideran a sí mismos como principiantes, frente al 11,6 % que se considera experto. También la creciente importancia de los canales online a la hora de contratar y gestionar las inversiones, con un reflejo en la aparición de los criptoactivos como objeto de inversión. La parte positiva es que el ahorrador cada vez piensa más en el largo plazo y también que refleja un mayor conocimiento por los criterios para que su inversión sea socialmente responsable.

La educación financiera, especialmente si se adquiere a edades tempranas, y un buen asesoramiento profesional ajustado a nuestro perfil de ahorrador nos pueden ayudar a tomar la mejor decisión en cada momento, aunque tampoco sean la garantía del éxito en todos los casos. Todos tomamos decisiones libremente (más del 64 % de los encuestados) y somos responsables de sus consecuencias, por lo que analizar de forma sosegada toda la información disponible necesaria contribuye a la adecuada gestión de nuestras finanzas personales, a manejar mejor nuestro dinero, algo necesario en todas las etapas de la vida.

Por el contrario, no debemos dejarnos llevar por recomendaciones (10,9 %) poco fundadas ni por impulsos o corrientes de opinión. Tampoco debemos pecar de aversión al riesgo o de un exceso de confianza que nos lleve a tomar decisiones precipitadas y poco meditadas. Aunque acertáramos, no sabríamos argumentarlo y podríamos crearnos un mal hábito que nos generara problemas en el futuro.




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