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El BCE estudia flexibilizar el objetivo de inflación

Redacción - Jueves, 18 de Julio

El BCE ha comenzado a estudiar renovar su objetivo de inflación, actualmente situado en el 2%, para tener mayor flexibilidad a la hora de aplicar estímulos. En la práctica, supone que la autoridad monetaria tendría todavía más margen de maniobra para una política monetaria expansiva, sin preocuparse de que los precios superen la meta establecida. La noticia adelantada por Bloomberg ha provocado una caída del euro y que la bolsas reduzcan las pérdidas. Los intereses de la deuda europea se han ampliado.

El personal del BCE está analizando de manera informal el enfoque de políticas de la institución, incluida la pregunta de si el objetivo actual del crecimiento de los precios al consumidor "por debajo, pero cerca del 2%" sigue siendo adecuado para la nueva etapa económica tras la crisis económica.

La inflación se ha convertido en un auténtico quebradero de cabeza para los bancos centrales de todo el mundo por su ausencia, a pesar de aplicar miles y miles de millones en medidas de estímulo económico.

El presidente del BCE Maro Draghi siempre ha sido partidario de un enfoque simétrico del objetivo de inflación, que supone aceptar que los precios se sitúen por debajo o por encima del 2% durante un tiempo determinado, sin tener que actuar obligatoriamente.

Supondría cambiar los radares fijos para controlar la velocidad de los vehículos a través de una foto fija por uno de tramos que calcule la velocidad media

En la práctica supondría cambiar los radares fijos para controlar la velocidad de los vehículos a través de una foto fija por uno de tramos que calcule la velocidad media permitiendo al BCE observar la inflación por encima del objetivo hasta asegurarse que el crecimiento de los precios han arraigado en la economía. 

El ejemplo más claro de las autolimitaciones del BCE fue a final de año, cuando terminó de aumentar balance y paralizó el programa de compra de deuda, aunque algunos miembros del Consejo no estaban convencidos de comenzar a retirar los estímulos económicos. Actualmente, los miembros más hawkish apuestan por una retirada total de los estímulos si la inflación se sitúa sobre el 1,7%.

El cambio en los objetivos de inflación no se producirá a corto plazo, por ahora los trabajos están siendo preliminares y confidenciales, y requerirán un "análisis formal", pero los miembros del Consejo de Gobierno recibieron un informe de aproximación "simétrica" al objetivo de inflación. La noticia llega cuando se espera que el BCE vuelva reactivar los estímulos económicos, incluida una bajada de tipos.

El debate no solo está abierto en el BCE, desde hace meses se da en la Reserva Federal. Varios miembros del banco central americano han manifestado públicamente un cambio en el objetivo de los precios. La Fed de Chicago, Charles Evans, invitó a sus compañeros dispuestos a aceptar que la inflación sea ligeramente superior al 2% con mayor frecuencia para hacer que el objetivo sea más creíble. Y el presidente de la Fed de Nueva York, John Williams, propone que el banco central adopte un objetivo de inflación flexible, mediante el cual se fomentaría la inflación por encima del 2% durante las expansiones para compensar la inflación por debajo de la meta durante las recesiones.

El cambiar el objetivo de inflación supone un cambio radical para un banco central y puede afectar su credibilidad

Hasta el punto el debate está avanzado a EEUU que la Fed está revisando formalmente su estrategia y herramientas disponibles, que incluyen el objetivo de inflación. Los resultados se publicarán a principio del próximo año.

Sin embargo, el cambiar el objetivo de inflación supone un cambio radical para un banco central. Y mucho más profundo para el BCE que tiene como único mandato la estabilidad de precios, en contraste con la Fed, que también incluye entre sus obligaciones el pleno empleo. 

La meta sobre los precios es el pilar fundamental de la política monetaria, sobre el cual gira todas la decisiones para llegar a él. Los mercados y los agentes económicos evolucionan y se mueven bajo esa premisa. Modificarlo supondría abrir la puerta a nuevos cambios en el futuro y, en consecuencia, afectar a la credibilidad de la institución.

Los objetivos de inflación se implementaron por primera vez en Nueva Zelanda a principios de la década de 1990 y progresivamente lo fueron incorporando todos los bancos centrales del mundo.

Sin embargo, la era después de la crisis económica ha dejado una economía sin inflación que ha dejado desarmado a los bancos centrales para la próxima recesión. La Reserva Federal ha sido de los pocos bancos centrales que ha podido recuperar las alzas en los tipos de interés. En Europa, la recuperación económica no ha sido tan vigorosa y el crecimiento no ha terminado por trasladarse a los salarios para crear dinámicas inflacionistas.

Otras teorías, apuntan a que se está produciendo un cambio estructural en la economía europea que va camino de la japonización con fuerzas deflacionistas como el envejecimiento de la población y digitalización de la economía.




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