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El camino rápido y el lento a un “Grexit”

Carlos Montero - Miercoles, 29 de Abril

Con el riesgo cada vez mayor de que Grecia se quede sin efectivo, los inversores se enfrentan a una pregunta clave: ¿Cuáles son las consecuencias de un impago griego? Las consecuencias realmente dependen de que bono o préstamo el gobierno va a dejar de pagar y a quién, dejando abierta una gran variedad de escenarios de incumplimiento, como UBS esbozó en una nota a clientes publicada ayer lunes. El peor resultado ha sido ampliamente descrito como un "Grexit", la abreviatura de la salida de Grecia de la zona euro, y de acuerdo con los economistas de UBS hay un camino de salida rápido y otro lento.

El banco de inversión no predice un Grexit como su escenario central, pero si llegara a suceder, es probable que sea a través de uno de estos dos caminos.

La vía rápida: Si el gobierno no cumple con sus obligaciones de deuda a uno de sus prestamistas, como el Banco Central Europeo o el Fondo Monetario Internacional, hay unos depósitos de riesgo que comenzarán a fluir fuera del país - y probablemente rápidamente. Esto podría drenar el capital de los bancos griegos y amenazar los niveles de solvencia. Esta será una señal de alerta en el BCE, que actualmente mantiene a flote los bancos griegos a través del programa de asistencia de liquidez de emergencia bajo la condición de que los bancos sigan siendo solventes.

Si el Banco Central Europeo recorta la financiación des ELA asestaría un golpe de muerte a Grecia como miembro de la unión monetaria.

"El gobierno entonces necesitará refinanciar (y probablemente recapitalizar) el sistema bancario mediante la creación de una nueva moneda", dijeron los estrategas de UBS.

Sin embargo, la vía rápida podría ralentizarse si el gobierno impone controles de capital para limitar la fuga de depósitos (vía Sara Sjolin, Marketwatch).


La vía lenta: Aparte de la lucha que está sosteniendo para pagar los préstamos y los intereses de bonos, Atenas está luchando por encontrar suficiente dinero para los salarios del sector público y las pensiones, que tiene que pagar a final de mes. Como se está quedando sin fondos, el gobierno podría empezar a pagar con pagarés en vez de con euros, comenzando con los pagos a los proveedores y con el tiempo ampliarlo a salarios y pensiones.

Es improbable que los nuevos pagarés se valoren a su valor nominal, por lo que el poder de compra, probablemente, sea más débil que el del euro. Esto significa esencialmente que se habrá creado en paralelo una nueva moneda devaluada.

Cuantos más pagarés se emitan, más se integrarán en el sistema financiero. Los bancos podrían comenzar a hacer efectivos pagos con estos pagarés. Las empresas y los ciudadanos utilizarían cada vez más los pagarés para pagar impuestos. Mientras tanto, los euros se fugarán del sistema bancario griego y la economía se basaría en mayor medida en la nueva moneda.

Nominalmente, Grecia podría (en teoría, y sólo como una posibilidad) permanecer en el euro en estas circunstancias, pero habría llegado a un punto en este proceso en el que no tendría ningún sentido práctico.

 

Fuentes: UBS - Sara Sjolin, Marketwatch




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