La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

El giro a la izquierda del PSOE podría llegar tarde

Andrés González y Nigel Davies - Viernes, 22 de Julio La reciente derrota electoral y la ascensión de Alfredo Pérez Rubalcaba como candidato a las próximas generales han traído un giro a la izquierda en el PSOE, con una estrategia encaminada, según analistas, a evitar la mayoría absoluta del PP una vez asumida como prácticamente inevitable la pérdida del poder. En las últimas semanas, el PSOE ha iniciado una política de guiños a su electorado más progresista con Rubalcaba como protagonista de un cambio que intenta atraer el desencantado voto de la izquierda, pero que supone un difícil equilibrio con su tarea de mantener a raya a los mercados, que reclaman culminar las reformas de corte capitalista lanzadas para evitar el rescate de la economía española. "Voy a intentar que los que menos han sufrido echen una mano (...) tengo instrumentos en la mano, fiscales, políticas redistributivas", dijo el jueves el ex ministro del Interior en una entrevista en Radio Nacional. "Los bancos, cuando acaben la reestructuración, tienen que echar una mano". La batería de propuestas cumpliría la función de alejarlo del impopular presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, pero los expertos ven muy complicado que consiga mucho más que evitar la mayoría absoluta del PP, un resultado que permitiría a Rubalcaba explotar su conocida capacidad negociadora. "Es muy difícil pensar que puede ganar las elecciones en una situación como la actual. Hay dos posibilidades y cualquiera de las dos no es mala para el PSOE: una sería ganar, que se hace más complicado, y otra sería recortar hasta impedir una mayoría absoluta del PP", afirmó Fermín Bouza, catedrático de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid. "Esto yo lo creo más posible con Rubalcaba, yo creo que aquí (impedir la mayoría absoluta del PP) puede llegar al menos, y eso sería un triunfo", añadió. En las pasadas elecciones municipales del 22 de mayo, el PP obtuvo el 37,53 por ciento de los votos, diez puntos más que los socialistas. El principal obstáculo que se encuentra Rubalcaba para remontar estos resultados, a escasos ocho meses para las elecciones - siempre y cuando no se adelanten a otoño -, es la gestión de la crisis económica, que ha elevado el paro hasta más del 20 por ciento, la tasa más alta de la UE. "Es muy difícil que el PSOE gane las elecciones porque la gente está muy afectada por la crisis, y si no mejoran los indicadores económicos... La ciudadanía ve a Rajoy con más capacidad para hacer frente a la crisis", afirmó José Pablo Ferrándiz, director general de Metroscopia, que coincide en que Rubalcaba podría pese a todo lograr una "derrota dulce" y quitar la mayoría absoluta al PP. Los resultados del 22-M - en los que además el PSOE perdió casi todas las autonomías en las que gobernaba, incluyendo feudos históricos - han zarandeado a la cúpula socialista, que ha visto cómo, de extrapolarse a unas eventuales elecciones generales darían una mayoría absoluta al PP, que podría legislar cómodamente sin la necesidad de acudir a pactos con PNV y CiU, tradicionalmente los dos partidos "bisagra" de la política española. "Lo que ellos (por el equipo Rubalcaba) están tratando de hacer es reactivar el voto del PSOE que se quedó en casa el 22 de mayo con una demagogia izquierdista para, además, provocar al PP para hacerle sacar sus armas electorales", Iñaki Anasagasti, senador por el PNV. Rubalcaba ha cogido las riendas del partido anunciando un impuesto para la banca, recuperar en parte el impuesto del patrimonio o modificar la ley electoral, medidas con las que trata de desvincularse de sus recientes tareas en el Gobierno y buscar votos entre los simpatizantes del movimiento de protesta del 15-M. Sin embargo, analistas señalan que para ganar credibilidad, el Gobierno tendría que introducir alguna de las medidas propuestas ya en la actual legislatura, algo que el PSOE se ha encargado de descartar. De hecho, en el peor de los casos, España podría verse obligada a aplicar nuevos e impopulares ajustes de austeridad para garantizar los objetivos de déficit, algo que golpearía directamente la línea de flotación de la campaña de Rubalcaba. PROMESAS QUE NO COMPROMETAN RIESGO PAÍS Con promesas como un impuesto a la banca o un alza en los impuestos de las grandes empresas, los analistas consideran que el mercado y la prima de riesgo no se ven afectado por estos anuncios, más pendiente como están los inversores de la situación de Italia y el resto de la periferia del euro. "Es verdad que Rubalcaba es muy hábil, pero no sería bueno que adquiriera muchos compromisos en materia económica que después no pudiera cumplir (...) Las reformas están comprometidas pero todavía no están hechas", afirmó un ex ministro socialista que pidió el anonimato. De hecho, los analistas consideran que ninguna de las medidas tendrían gran impacto en los objetivos de recorte del déficit y que los mercados no parecen inquietos por el nuevo discurso socialista. "No creo que los mercados se asusten de la retórica de Rubalcaba. Esto es una reacción por los indignados. No creo que la elección de Rubalcaba como presidente provoque un cambio radical en la política económica (...) pero en cualquier caso, dudo que el PSOE se pueda recuperar en los próximos meses", afirmó Antonio Barroso, analista de Eurasia Group. La última encuesta de Metroscopia sitúa a los socialistas a 14 puntos del PP, aunque Ferrándiz destacó que los sondeos aún no reflejan el efecto Rubalcaba. EL 15-M COMO TELÑ“N DE FONDO Muchas de las nuevas propuestas de Rubalcaba nacen del caldo de cultivo generado por el movimiento 15-M y los "indignados", que han reivindicado medidas de corte izquierdista para evitar los desahucios o la imposición de un impuesto a la banca. El ex ministro ha recogido el testigo lanzado por un movimiento que para algunos analistas ha dañado al PSOE en los últimos comicios, y en su discurso de investidura anunció la creación de una tasa especial para las transacciones financieras. "El discurso de Rubalcaba ha marcado un giro izquierdista hacia el 15-M. Pero el problema que tiene Rubalcaba es que la ciudadanía simpatiza con el 15-M, y el 15-M no quiere hacer caso a un partido político. A día de hoy es difícil pensar que un político puede capitalizar el 15-M", declaró Ferrándiz.


[Volver]