La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

Etiquetas desfasadas

Doblo - Miercoles, 31 de Agosto

En el mundo económico hay dos posturas radicales que creo son obsoletas y deberían haber sido superadas por la Historia: la que dice que la evolución de la economía la puede decidir alguien en un despacho y la que dice que la economía no necesita alguien en un despacho que la regule. Las dos son erradas. Ni se puede pretender, como se hacía en los planes quinquenales soviéticos o chinos, decidir la producción de trigo que va a salir de los campos, ni se puede dejar que las empresas crezcan sin unas normas laborales y de contaminación y se auto-regulen solas. A estas alturas ya deberíamos tener superados tanto al comunismo como al liberalismo y de hecho, creo que los términos sólo se usan despectivamente desde el otro bando porque ambos están, de hecho, fuera de la realidad actual porque no son aplicables.

Sin embargo, como ideologías influyen en el sistema actual que vivimos en Europa en el que claramente gana el intervencionismo al liberalismo: se regulan muchas actividades, se interviene desde los gobiernos constantemente en la economía, desde los bancos centrales en la política monetaria y desde la burocracia de la UE con todo tipo de normas, algunas absurdas. El liberalismo, entendido como menor intervención del estado en la economía, apenas existe en Singapur, que no deja de ser una pieza minúscula dentro del mundo, y aún así, tiene una deuda pública del 100% respecto al PIB por lo que tampoco es que sean muy puristas con la ideología. De hecho, sería muy muy extraño que un político que mande aplicara el liberalismo a ultranza porque eso sería como quitarse poder voluntariamente, algo bastante complicado de ocurrir.

Y tiene sentido que el liberalismo no triunfe porque a mí, que del liberalismo me atrae sobre todo la idea de la responsabilidad individual por nuestros actos y que aceptaría encantado que el estado me cediera toda la nómina para que yo me pagara mi sanidad y mi jubilación, por ejemplo, entiendo que si hacemos eso, millones de personas no contratarían ni un seguro médico ni de pensiones y acabarían exigiendo una solución pública al menor accidente o en cuanto llegaran a la vejez. Porque la gente es así, si no fuera obligatorio muy pocos tendrían seguro en el coche (y de hecho mucha gente conduce sin él), si no hubieran subvenciones a actividades básicas el precio del metro sería fácil de 10€ el billete simple y si no existieran semáforos, habría muchísimos más accidentes… cierta dosis de intervencionismo se hace necesaria. Ojalá no hiciera falta pero a estas alturas no veo cómo podría suceder esa transformación. Es decir, el liberalismo es inaplicable en la sociedad europea.

Los europeos ya tenemos asumido que tenemos un sistema fiscal en el que los que más ganan no sólo pagan más, sino que pagan en mayor proporción y que con eso se debe financiar la educación, la sanidad y las pensiones públicas. Y entendemos que lo que debe hacer un gobierno es gestionarlo para que sea así. Por eso en España hay políticos, que a nivel local cuando recibieron el regalo envenenado del traspaso de las competencias sanitarias, y comprobaron que era un agujero en las cuentas públicas casi imposible de cubrir idearon lo de privatizar algunos servicios como muchos ayuntamientos –de todos los colores- hicieron con el tema de las basuras. Por lo que sea, en general, sale más rentable externalizar un servicio que tener a empleados públicos en nómina para hacerlo. A eso le llaman liberalismo pero no creo que los que lo hicieron, o siguen haciéndolo, lo hagan por ideología, sino por un tema de dinero. El PSOE nunca ha sido liberal, estuvo gobernando durante años y jamás boicoteó ni la enseñanza privada ni la concertada porque entendía que le suponía un ahorro importante en el gasto educativo. Del mismo modo, no creo que Bush fuera comunista porque acabara nacionalizando Fannie Mae y Freddie Mac ni Obama cuando usó dinero público para salvar a General Motors, simplemente entendieron que el beneficio económico lo justificaba.

Tampoco la corrupción ni el “capitalismo de amiguetes” tiene que ver con ninguna ideología sino con defectos humanos aplicables, por desgracia, a cualquiera. Lo mismo ocurre con las privatizaciones que lleva impulsando la UE hace décadas, al final no se hace porque se crea que el gobierno no debe supervisar el transporte –de hecho lo hace-, es que no tenía lógica económica que una compañía aérea fuera estatal y compitiera con las privadas. Pero son decisiones que se toman más por el bolsillo que por otra cosa, para mi no hay liberalismo en Europa: cada vez nos endeudamos más, se crean normas intervencionistas para todo, se aprueban subvenciones continuas, muchos sectores –basta ver los taxis o las farmacias- siguen ultra-regulados, las leyes antimonopolio europeas no paran de castigar a grandes compañías como Microsoft por ejemplo y se persigue, por desgracia con no demasiada eficacia aún pero se hace, el fraude fiscal de las multinacionales. No se puede negar que estamos en manos de burócratas, estamos ante un sistema económico que permite la actividad privada pero que la regula desde el primer momento que alguien quiere montar un negocio y que interviene en todos los ámbitos de la economía.

Deberíamos dejar de etiquetar tanto y si lo hacemos, entender antes los términos. Aquí se ha llamado política “neocon” a perder miles de millones de euros del erario en salvar cajas de ahorros y eso es justo lo contrario, política intervencionista a tope. Lo liberal es que si una empresa no funciona se la deje quebrar y que apechuguen sus dueños. Yo creo los estados son demasiado intervencionistas – de eso ya hablé hace unos meses: Intervencionsimo exgaerado– y de eso al liberalismo hay un trecho enorme como lo hay entre los que aprueban el plan Renove para ayudar con dinero público a empresas privadas a vender coches, y el comunismo. Lo que hay son cálculos económicos que, acertados o no, dicen que para la economía es preferible hacer una cosa que no hacerla, pero el debate ideológico en este caso no existe, es pura practicidad.

Mucha gente entiende que el liberalismo significa que hay quien quiere privatizar Renfe (que por cierto, fue creada por Franco tras nacionalizar varias empresas privadas) y bajar impuestos y sospecho que hay mucha gente que está a favor de eso sin ser liberales, igual que hay quien prefiere que Renfe siga siendo pública y que haya, por ejemplo, impuesto de sucesiones, y no es un comunista. Porque al final, el sistema económico actual en Europa es el que es, y hay que mejorarlo, hay que saberlo financiar -esa debería ser la principal labor de nuestros políticos- pero no creo que la mayoría quiera acabar con él rompiendo el equilibrio conseguido entre propiedad privada y bien público.

Droblo




[Volver]