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Ganar dinero en bolsa es bastante fácil, si conseguimos derrotar a nuestro enemigo principal

Carlos Montero - Lunes, 23 de Septiembre

Como he comentado en otras ocasiones, he sido trader de mercado durante una gran parte de mi vida profesional, y puedo asegurarles que el dicho de bolsa que asegura que es bastante fácil hacer dinero en las acciones si conseguimos derrotar a nuestro enemigo enemigo principal (nosotros mismos), es absolutamente cierto.

Es por esto por lo que publico periódicamente artículos sobre la importancia del control emocional a la hora de acudir a los mercados. Los analistas de Psy-Fi, blog especializado en este campo, afirman que los seres humanos estamos sujetos a prejuicios y peculiaridades psicológicas que son contraproducentes para nuestra labor en los mercados financieros.

Estas son algunas de estas peculiaridades:

1. Exceso de confianza y optimismo

La mayoría de nosotros estamos demasiado seguros de nuestra capacidad de prever el futuro, y abrumadoramente demasiado optimistas de nuestras previsiones. Esto se mantiene en todas las disciplinas, ya sean profesionales o no profesionales.

Hay que aprender a no confiar en nuestros instintos.

2. Poca capacidad de retrospectiva

Exageramos constantemente nuestras creencias previas acerca de los sucesos. Los analistas de mercado pasan mucho tiempo diciendo por qué el mercado se comportó como lo hizo. Son excelentes en decirnos que necesitamos un paraguas después de que comience a llover, pero eso no mejora nuestra rentabilidad. Todos tenemos poca capacidad para recordar lo que solíamos pensar.

3. Aversión a la pérdida

Nos duele más cuando vendemos en pérdida que la felicidad que sentimos cuando vendemos en beneficio. Pero las acciones no tienen recuerdos. Las decisiones sobre si comprar o vender siempre deben ser independientes de su precio de compra. No haga caso de los precios de compra en el momento de decidir si debe vender.

4. No se lamente

Las decisiones de inversión deben entenderse que se realizan en un escenario de riesgo, y que el riesgo implica un juicio que puede ser equivocado, a menudo por mala suerte más que por pensamientos erróneos.

Centrarse excesivamente en las decisiones del pasado que se tomaron mal, sin analizar si la decisión tomada fue razonable dadas las circunstancias, es un error. Invertir implica cometer errores, y a menudo por una cuestión de suerte. Aprenda a vivir con los errores.

5. Tenencia al anclaje

Después de más de diez años de investigación, estudios han demostrado que tenemos una desagradable tendencia a “anclarse” en números específicos. Los psicólogos pueden cambiar los resultados de una simple pregunta (por ejemplo, la edad de Woody Allen), simplemente planteando anteriormente una cuestión no relacionada que contenga un número.

6. Sesgo de antigüedad

Prestamos más atención a los acontecimientos a corto plazo que a largo plazo. Así que podemos exagerar el efecto de una recesión a corto plazo en la actividad de una empresa, o podemos simplemente asumir que las condiciones actuales del mercado persistirán para siempre.

7. Sesgo de confirmación

Nos encanta la gente que confirma nuestras decisiones. Y otra gente sólo quiere a los que confirman sus opiniones. Esto es una mala actitud para operar en los mercados. Todo el mundo puede apoyar tu decisión de inversión, pero el único dinero que se pierde es el suyo. Tome sus propias decisiones, no se preocupe de lo que piensan los demás.
La conclusión de estos analistas es que muchas personas que invierten en bolsa tienden a exagerar en gran medida sus propias habilidades, y restar importancia al papel que la suerte juega en la inversión bursátil. Por desgracia, hay un montón de cosas en los mercados que no podemos controlar.




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