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González-Páramo: La indefinición política del BCE supone un riesgo para el crédito

Reuters - Lunes, 28 de Abril

La indefinición del Banco Central Europeo (BCE) sobre las medidas que adoptará para contrarrestar la baja inflación de la eurozona, junto con el examen global a la banca en 2014 en Europa, están penalizando la reactivación de crédito, dijo el consejero ejecutivo de BBVA, José Manuel González-Páramo.

 

"No sabemos muy bien cuál es la concreción de los planes que el BCE está considerando (...) en el caso de que en unos meses decidiese adoptar medidas no convencionales de quantitative easing (alivio cuantitativo). Que se opte por unas o por otras para el crédito es fundamental y es un elemento de incertidumbre", dijo González-Páramo en una entrevista concedida a Reuters en el marco de una cumbre informativa.

La inflación de la eurozona ha caído hasta el 0,5 por ciento en marzo, su nivel más bajo desde noviembre de 2009, y está muy lejosa del objetivo cercano al 2 por ciento que tiene la institución monetaria europea.

El propio BCE ha reconocido que está estudiando utilizar todos los instrumentos a su alcance, incluyendo la compra de activos, en caso de que tenga que responder a un período de inflación excesivamente bajo durante demasiado tiempo

La institución monetaria europea ya ha bajado el precio del dinero a un mínimo histórico del 0,25 por ciento, pero eso no ha sido suficiente para reanimar el consumo y recuperar los precios.

El también exconsejero del BCE también dijo que las entidades financieras estaban postergando nuevas líneas de actuación en espera de los resultados de las pruebas bancarias.

"Los bancos que están en una posición sólida saben que tienen que temer relativamente poco, pero como todavía no se conocen todos los detalles hay entidades que son cautas y que prefieren esperar a conocer ese resultado antes de embarcarse en una política de crédito nueva", dijo González-Páramo.

Según recientes datos del banco emisor, el crédito concedido por bancos a empresas registró en febrero un descenso interanual del 9,5 por ciento frente a un descenso del 8,9 por ciento en enero.

Además, el exconsejero del BCE manifestó que la futura introducción en Europa del impuesto sobre transacciones financieras, conocida como "tasa Tobin", en paralelo a unas regulatorias más estrictas sobre el sector financiero podrían contribuir a encarecer el coste del crédito y dañar el negocio de sectores de la economía real.

"Primero deberíamos tener claro qué queremos con la tasa (...) porque generalmente la recaudación es muy pequeña y las distorsiones que producen los impuestos son muy grandes", añadió.

INJERENCIA EN REGULACIÓN, TEST DE ESTRÉS

En el actual contexto de una supervisión financiera más estricta a nivel mundial que tiene como objetivo reducir la probabilidad de crisis financieras sistémicas, el consejero ejecutivo del BBVA también advirtió de que uno de los peligros que corría la regulación era el de sufrir injerencias nacionales con consecuencias adversas para la economía real.

"Estamos detectando tendencias en esta dirección (...) los reguladores nacionales quieren tener una mano sobre lo que ocurre en su territorio sin perjuicio de cuál es la naturaleza global del negocio (financiero)", dijo González-Páramo.

"La consecuencia sería que el volumen de fondos a disposición de la economía real sería menor y sería más caro. Es decir que perdemos todos", advirtió.

Respecto a la salud del sector financiero español, el exconsejero del BCE se mostró confiado en que la banca española pueda pasar sin demasiados problemas la revisión de la calidad de los activos (AQR, por sus siglas en inglés) y las posteriores pruebas de resistencia a las que se someterá el sector financiero europeo este año sin descartar que pueda haber algún problema aislado en alguna entidad.

"No descarto que aquí y allí, en rincones del sistema, surjan puntos debilidad, en ningún caso dramáticos porque si lo fueran ya habrían sido identificados", explicó González-Páramo en referencia al Memorando de Entendimiento (MOU) que impusieron los socios europeos a cambio de unas ayudas de 41.300 millones que otorgaron al Gobierno para que saneara la banca española.

"Me sorprendería que sean problemas de alcance sistémico y por lo tanto serían problemas tratables desde las entidades", manifestó.

 




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