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Irán: Podría convertirse en una de las oportunidades más atrayentes de las dos próximas décadas

Carlos Montero - Jueves, 27 de Marzo

En el artículo anterior hablábamos sobre lo interesante de la inversión en Corea del Norte, un país “no amigo” de las democracias occidentales como el estado del que hablaremos a continuación.

País grande, saludable demografía, deudas bajas, gran potencial de mejora, toneladas de petróleo en el subsuelo. Estas son las características de una economía emergente en la que todos querrían invertir si no fuera porque del país que estamos hablando es Irán. Así lo cree Matthew Lynn en un interesante análisis que realiza en Market Watch.

Lynn añade que desde hace tres décadas Irán ha sido un estado paria que se ha excluido deliberadamente de la globalización implantada en otras economías emergentes (similitudes como verán con Corea del Norte). Pero eso está a punto de cambiar.

Irán tiene un gobierno reformista que trata de hacer la paz con sus antiguos enemigos, y de abrir su economía a la inversión extranjera. Su mercado de valores fue uno de los de mejor comportamiento en 2013 (+130%), aunque aún representa una fracción de la valoración de otras bolsas frontera.

 

Lynn afirma que si el país sigue el camino aperturista iniciado, podría convertirse en una de las oportunidades más atrayentes de las dos próximas décadas.

Aunque no está exento de riesgos –la situación política sigue delicada, los conflictos locales, la economía aún frágil, las sanciones no se han levantado completamente-, el potencial de crecimiento de este país es muy elevado. "Es como Turquía, pero con el 9 % de las reservas de petróleo del mundo ", sostiene Charles Robertson del banco de inversiones Renaissance Capital en una nota reciente sobre el país.

Tiene razón señala Lynn. Los fundamentos de la economía iraní se ven tan atractivos como cualquier mercado emergente, y posiblemente más. Irán tiene una población de 78 millones, casi lo mismo que Turquía y más que cualquiera de las economías emergentes de Europa del Este. Su Producto Interior Bruto es ya considerable, con 437.000 millones de dólares es la 27 economía más grande del mundo, similar a Argentina o Taiwán, y por delante de Austria o Tailandia. Y tiene el potencial de duplicarse en un espacio relativamente corto de tiempo.

Irán tiene una excelente ubicación geográfica, situado entre Europa, Rusia, los mercados emergentes del Golfo, y lo suficientemente cerca de gran parte de Asia para comerciar con esta región.

Mantiene niveles decentes de educación -más o menos lo mismo que Turquía – con la ventaja añadida del petróleo. Sus recursos energéticos son lo suficientemente ricos como para alimentar la economía, sin ser tan grandes en relación con su población que se convierta en un estado petrolero como Arabia Saudita. No hay muchos otros mercados frontera con ese tipo de perfil.

La clave para su desarrollo es la reforma política. El presidente Hassan Rouhani ha bajado el tono de la retórica agresiva hacia sus vecinos, y se ha embarcado en profundas reformas económicas.

Este año va a ser clave. La inflación ha estado subiendo un 20%, y el gobierno recortará fuertemente los subsidios y el gasto público para estabilizar su presupuesto. Esto afectará de forma importante a los ciudadanos del país, por lo que no hay garantías de que el gobierno sobreviva a este programa de reformas.

Por otro lado, las sanciones internacionales impuestas al país por su programa nuclear fueron levantas parcialmente en enero. Estas sanciones deben levantarse completamente para que la economía desarrolle todo su potencial de crecimiento. Irán tiene que ser capaz de vender su petróleo en el mercado mundial para financiar las reformas que necesita. Las renovadas tensiones con Rusia favorecerán este escenario, ya que Irán tiene amplias fronteras con estados ex soviéticos, y Occidente querrá incrementar su nivel de influencia en la zona para evitar que caigan en brazos de Vladimir Putin.

Si las sanciones son totalmente levantas podría ser el detonante de una ola de inversiones, y nuevas revalorizaciones de sus activos financieros.




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