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Japón tendrá que cambiar…una vez calmados los miedos

Carlos Montero - Viernes, 25 de Marzo Una vez calmados los miedos sobre la situación en Japón, después de haber asimilado el shock por el terremoto y posterior tsunami, y tranquilizados en parte por el paulatino control de la crisis nuclear, creo interesante analizar desde otra perspectiva los cambios que la sociedad nipona deberá enfrentar por estos sucesos. Y para ello nadie mejor que Alicia Ogawa, la asesora principal del Centro sobre Economía Japonesa y de la Business School de la Universidad de Columbia, que considera que: "Hay razones para ser optimista".

Ogawa, una experta en la economía de Japón, y ex directora de gestión de Lehman Brothers hasta 2006, cree que la crisis va a establecer la ruta para una relajación en las normas del mercado laboral, veremos un aumento en el precio de los inmuebles, y la apertura de las fronteras al talento extranjero.

“Ahora todo el mundo va a tener que hacer lo que pueda, y el país tendrá que dar la bienvenida a eso”.

Ogawa piensa que el desastre no tiene porque significar el fin de la energía nuclear en Japón, y que estos acontecimientos fortalecerán, más que debilitar, la confianza de Japón en el futuro.

Esta analista, una de las voces más autorizadas a nivel mundial en esta materia, considera que la estimación de los seguros del coste de la reconstrucción está dentro de un rango muy amplio (10.000-25.000 millones de euros). Está más interesada más en como esos costes serán compartidos que en los números en sí.

“El gobierno será responsable de una gran cantidad de esas pérdidas”.

Por otro lado, ante la pregunta que se realiza toda la comunidad financiera sobre si Japón podrá financiar la reconstrucción y como, Ogawa señala que “la salud fiscal de Japón es delicada. Lo que les ha salvado hasta ahora es que no han tenido que ir al extranjero a pedir prestado. En el momento en que tengan que hacerlo los tipos subirán”.

Lo segundo es que obviamente, habrá un gran revuelo en la demanda interna. Todas esas casas serán reconstruidas y la gente tendrá que comprar vehículos nuevos, y así sucesivamente. Esto es una situación interesante porque hay una gran cantidad de ahorres que se podrían movilizar.

Cuando pensamos en el largo plazo, Japón no va a ser capaz de mantener las reglas que han funcionado hasta ahora, pero que han sido un grave obstáculo para el cambio. Me refiero al rígido sistema laboral, y al sistema de antigѼedad. Estas dos cosas probablemente tendrán que cambiar, porque la demanda de mano de obra va a ser feroz. Obviamente, los precios del mercado tendrán que reflejar el talento y la demanda de este tipo de servicios.

La actitud hacia la inmigración va a tener que cambiar también. Está claro que no va a ser suficiente con el talento interno, por lo que Japón tendrá que dar la bienvenida a los recién llegados como parte de su fuerza laboral.

A la larga, creo que va a ser un momento muy interesante para Japón. En el corto plazo, por supuesto, es horrible. La situación fiscal va a entrar en una deriva mayor.

Ante la pregunta de cómo Japón podrá financiar esta enorme reconstrucción, Ogawa señala que hay un montón de dinero en efectivo en los balances de las empresas, probablemente como nunca haya habido. Hay mucho dinero para gastar dentro del país.

Hay una posibilidad real que los tipos de interés tengan que subir. Por otra parte, la inflación en Japón no sería mala. La razón por lo que la gente no está comprando cosas se debe a que los precios de los bienes llevan bajando en los últimos 15 años. Si comienzan a subir de nuevo, la gente se volverá más optimista sobre el futuro.

En el corto plazo, el gobierno japonés tendrá que emitir bonos.




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