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Jóvenes

Santiago Niño Becerra - Miercoles, 18 de Noviembre

Recientemente recibí un mail de un lector: “(…) Ayer hablaba con mi amiga de la difícil situación de los jóvenes en España. Hablábamos de crear una empresa y ella me decía que era "un robo" hacerlo aquí y que tenía un amigo en Londres que tenía tres empresas. Otro amigo tenía una empresa en Inglaterra, facturaba el equivalente a 400€ al mes y, por eso, no tenía que pagar nada (ni autónomos ni impuestos) y, además, le pagaban una casa.

Entonces, para ir más allá de poner el dedo en el problema, se me ocurrió:

¿Sería posible que empresas ya en funcionamiento permitiesen crear bajo su ala una empresa nueva y, poco a poco, se buscase la escisión de la empresa matriz y la constitución de la nueva sociedad? Para evitar suponer competencia, sería como si yo me fuese de mi ciudad a otra, aprendiese en una empresa que ya funciona casi todo sin tener que preocuparme por burocracia y primeros pagos asfixiantes y, una vez que sepa y vea que funciona, llevármela a mi ciudad”.

Mi respuesta fue:

“La ‘burocracia’ es un problema, pero añadido; y lo de la fiscalidad … pues no sé. Sí, en UK es muy barato crear una empresa, pero el gasoil de automoción está a un precio prohibitivo: es el más caro de Europa.

De todos modos pienso que el problema no es tanto de papeleo o fiscal como de demanda: puede abaratarse y agilizarse la creación de empresas pero para hacer ¿qué?.

España tiene una alta tasa de paro y a la vez su tasa de actividad es seis puntos menor que, por ejemplo, la danesa. Si la demanda de trabajo creciese lo haría la tasa de actividad, por lo que la tasa de paro se mantendría  o incluso aumentaría”.

En eso radica el problema.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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