La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

La Bolsa: el mejor indicador del comportamiento de los mercados

Gustavo Neffa, Sala de Inversión América - Sabado, 28 de Mayo Un índice bursátil es una ponderación matemática de un conjunto de acciones que cotizan para medir el incremento o el descenso de un mercado determinado gracias a los valores que se incluyen en tal selectivo. El valor del índice pretende reflejar las variaciones o rentabilidades medias de los activos que lo integran. Las acciones de un índice comparten características comunes. En concreto, pertenecen a una misma Bolsa o industria y cuentan con una capitalización parecida. De ahí que los inversores suelen confundirlos con los mercados que representan. El índice más antiguo en Estados Unidos es el índice Dow Jones de industriales, ligado a las compañías industriales (como pueden ser eléctricas o relacionadas con el transporte). En bastantes casos, al nombre del índice se le incluye un número, como ocurre con el DAX 30 de Alemania, el FTSE 100 de Gran Bretaña, el CAC 40 de Francia o el Ibex 35 de España. Dicho número determina la cantidad de empresas que forman parte del selectivo en cuestión. Por ejemplo, el Ibex 35 está formado por 35 firmas mientras el Nikkei 225 por ese mismo número. Este número no varía, aunque sí cambian las acciones que lo integran. Existen otros índices más flexibles, como puede ser el caso del Merval de Argentina, pues no cuenta con una cantidad fija de de empresas, ya que varían cada trimestre en función de un algoritmo que incluye la cantidad de operaciones y el volumen transado de los últimos seis meses. No obstante, el número de compañías que forman parte de una Bolsa es de bastante importancia dado que puede ocurrir que, si la cotización de una acción retrocede con fuerza, cuando el índice se actualice puede dejar de estar incluido y entrar otra firma en su lugar. Por regla general, la revisión de las compañías que forman el índice se realiza cada 3 ó 6 meses y se realiza en función de su capitalización, pues es el valor que la empresa posee en la Bolsa. El cálculo se realiza multiplicando el número de acciones totales que cotizan en ese momento por su precio. Los "puntos" de un índice evolucionan con el movimiento de los títulos que representan, aunque todos comienzan en una base bursátil. Es decir, a modo de ejemplo, el Ibex 35 tiene su base en los 6.000 puntos y, a partir de ahí, ha ido obteniendo un valor mayor o menor. Algunos inversores están acostumbrados, muchas veces para mal, a medir una caída o un rebote fuerte de un índice por la cantidad de puntos que gana o pierde. En cambio, ese valor puede representar mucho o poco y no debería tenerse en cuenta pues la variación porcentual es siempre más importante. Existen dos formas diferentes de ponderar las compañías: la simple y por capitalización bursátil. La forma simple interpreta por igual a todas las empresas con independencia del valor de sus acciones así como de la cantidad de las mismas. Además, se elabora al realizar una media del porcentaje de repunte o descenso de los títulos que lo componen. El inconveniente pasa por la posibilidad de perder bastante terreno una empresa grande del mismo modo que una muy pequeña ganar lo mismo en su cotización. Por tanto, el índice no mostrará la creación o destrucción de valor puesto que ambos se compensarían entre sí. La ponderación por capitalización bursátil con la que cuenta el valor de las acciones así como su número, es mucho más complejo, pero otorga más relevnacia a las empresas que la tienen en realidad. Por ello, gran parte de las Bolsas a nivel internacional usan este sistema. No obstante, el índice más reconocido en el mundo, el Dow Jones, no lo utiliza, por lo que es fuertemente. Sin embargo, para estar formar parte de este selectivo, las compañías deben tener ciertas características, entre las cuales el tamaño de mercado (grande) compensa parcialmente dicho inconveniente. Los índices no pueden operarse directamente, sino a través de contratos de futuros a determinada de fecha, a través de fondos comunes de inversión que repliquen exactamente su composición, mediante CFDs o ETF. Si el inversor quiere exponerse a índices de otros países, tiene que tomar en cuenta a qué subyacente se expone y que existe un riesgo de tipo de cambio. Si uno compra el iShares MSCI Brazil Index Fund (EWZ), no es lo mismo que operar el índice Bovespa, ya que no tienen la misma composición. El estudio de la evolución de los índices bursátiles a través del tiempo es una de las tareas que los seguidores del análisis técnico de series temporales realizan para encontrar patrones de comportamiento recurrente de precios, en la busca de pisos y techos en los cuales comprar y vender, respectivamente. Pero si uno adopta la hipótesis de eficiencia de mercado, sólo la nueva información será la encargada de mover las cotizaciones en el futuro. Descargar aquíla plataforma demo para ejecutar ideas de trading. http://www.saxobank.es


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