La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

La deuda de Koplowitz, el control de FCC y su futuro

Carlos Ruano - Martes, 14 de Octubre

Esther Koplowitz, la accionista de control de FCC, sigue sin llegar a un acuerdo para refinanciar una deuda de unos 1.000 millones de euros asociada al vehículo a través del que controla un 50,1 por ciento de la constructora y cuyo resultado condiciona una vital ampliación de capital en el grupo.

"Ha habido alguna reunión, pero las posiciones están todavía lejos de encontrarse", dijo una fuente conocedora de las negociaciones que la semana pasada llegaron a interrumpirse por lo distante de las posturas.

El consejo de administración de la constructora se reúne el miércoles en una convocatoria ordinaria que podría aprobar la ampliación de capital ya anunciada y esperada por el mercado para recapitalizar la sociedad solo en el caso de que Koplowitz y sus bancos acreedores cerrasen un acuerdo.

A mediados de septiembre, los acreedores Bankia y BBVA, dieron por vencida la deuda de B-1998, el vehículo inversor a través del cual Koplowitz controla hasta ahora la empresa fundada por su padre en la esperanza de llegar a un acuerdo más o menos inminente que impidiese una cascada de consecuencias negativas.

Los bancos y la empresaria abrieron entonces intensas negociaciones para evitar que las entidades tuviesen que anotar el impago en el balance - 90 días después del vencimiento del crédito- y ejecutar la garantía, es decir, quedarse con las acciones de FCC en manos de la instrumental.

Los bancos no quieren las acciones en su balance (a precios de mercado ni siquiera llegarían a cubrir el crédito) pero Koplowitz tampoco quiere perder el control de la sociedad por lo que, explicaron fuentes próximas a las negociaciones, las partes llevan la negociación al filo del precipicio.

El nudo gordiano de las diferencias se centra en la participación del vehículo controlado por la empresaria, que se diliuría sustancialmente con la ampliación de capital que necesita FCC y que la empresaria no puede financiar.

Los bancos quieren una ampliación de suficiente enjundia como para garantizar el futuro de FCC y no verse obligados a reabrir de nuevo negociaciones en el corto plazo.

Pero la empresaria, cuyos problemas de financiación están intimamente ligados a la suspensión del dividendo de FCC, no quiere perder el control y estaría dispuesta a bajar su participación pero no más allá del 30 por ciento, de forma que en un futuro pudiese volver eventualmente a rehacer su posición esquivando la obligación de lanzar una opa.

El grupo capitaliza actualmente alrededor de 1.750 millones de euros y, con la ampliación, FCC busca refinanciar una deuda de 1.350 millones de euros que actualmente tiene en títulos convertibles a un coste insostenible (intereses superiores al 16 por ciento).

Sin tener en cuenta el descuento que muy probablemente incluiría la ampliación, para que la sociedad controlada por Koplowitz mantuviese el 30 por ciento, el aumento de capital no podría exceder los 1.000 millones de euros.

Pero una de las fuentes próxima al proceso señala que los bancos, temerosos de que la ampliación no fuese suficiente para sanear un grupo que arrastra también una deuda de otros 1.000 millones de euros a refinanciar en su filial cementera, quieren que la ampliación sea de mayor suma, lo que rebajaría la pretensión de Koplowitz hasta el 25 o incluso el 20 por ciento.

POTENCIAL INTERÉS EN LA AMPLIACIÓN

"El reto para la compañía será despertar un apetito suficiente por parte del mercado para absorber una ampliación de capital que estimamos que estaría cercana a los 1.350 millones de euros de euros", dijeron los analistas de Banc Sabadell.

Aunque la influyente empresaria no ha conseguido embarcar en su sociedad instrumental a nuevos inversores que solventaran los problemas de liquidez -negoció, entre otros, con el multimillonario George Soros- en el mercado se da por descontado que sí podría aglutinar participaciones afines a través de la ampliación de capital de FCC cuyos derechos venderá para poder pagar parte de su deuda personal.

El proyecto de Koplowitz, cuyo padre de origen judío-alemán vino a España en la década de 1930 y construyó su imperio constructor tras la Guerra Civil, ha atraído ya a algunos grandes inversores como el multimillonario Bill Gates, que controla un 5,7 por ciento del capital de FCC a través de un fondo de su propiedad.

"En la ampliación, con el previsible descuento, es muy probable que ya se haya recabado el interés de varios fondos", dijo un analista.

Pero hasta el momento en el que no se resuelva el asunto de la deuda personal de la empresaria, el consejo de administración de FCC que ella controla no podrá decidir sobre una ampliación considerada vital para el futuro del grupo.

"En nuestra opinión, lo más importante para la cotización es saber si FCC ha identificado nuevos inversores dispuestos a participar en la ampliación y absorber el potencial riesgo de salida de papel derivado de la venta de los derechos en manos de Koplowitz", dijo en una nota el broker BESI Research.

El grupo pilotado por el conocido gestor de infraestructuras Juan Béjar y presidido por la hija de la principal accionista tiene también pendiente la refinanciación de su filial Cementos Portland, una compañía que ha sufrido la drástica caída de la construcción y cuya enajenación no es fácil, máxime después de que fondos de cobertura como Apollo o Blackstone comprasen parte de la deuda.

 




[Volver]