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La economía mundial está en problemas

Carlos Montero - Martes, 14 de Octubre

Las economías de Estados Unidos y del Reino Unido han estado fuera de peligro durante bastante tiempo, aunque la fiesta puede estar cerca de acabarse ya que los bancos centrales de sus respectivos países están contando los días para la primera subida de tipos. Y en casi todas las demás partes del mundo las noticias son desalentadoras y la situación va a peor. La zona euro, la segunda zona económica más grande del mundo, parece estar estancándose de la mano del frenazo de la economía alemana. Los últimos datos sugieren que el PIB de Alemania podría contraerse por segundo trimestre consecutivo - la definición popular de recesión.

Japón, la tercera mayor economía del mundo, también puede estar al borde de una recesión, debido a la subida del impuesto al consumo en abril que está perjudicando al consumo más de lo esperado. Las economías de Rusia y de Brasil están estancadas, en el mejor de los casos. Incluso en China, que sigue creciendo a un sospechosamente suave 7,5% al año, hay preocupaciones sobre un pinchazo de su mercado inmobiliario, una burbuja de crédito y la caída de la productividad.

Es poco probable que tal desequilibrio en la economía mundial sea estable. O bien la debilidad, sin contar el mundo anglosajón, se demuestra ser temporal, o de lo contrario asustará a los mercados financieros y ensombrecerá el panorama de todo el mundo. La opinión convencional es que el crecimiento mundial se fortalecerá en 2015 y que la reciente debilidad será temporal. El FMI estima que el crecimiento mundial se elevará al 3,8% el próximo año.

Sin embargo, el diario The Economist ha publicado un excelente artículo donde se muestra más preocupado y da dos razones. En primer lugar, la debilidad actual, sobre todo en la zona del euro, podría durar más tiempo de lo que esperan los inversores; y en segundo lugar, el crecimiento desequilibrado podría alimentar en sí cambios desestabilizadores, particularmente en el dólar.

La zona del euro está en un lío mucho más grande que lo que sugieren las grandes cifras macro porque su crecimiento durante mucho tiempo ha sido adulado por Alemania.

Italia lleva dos años en recesión. La economía francesa lleva meses estancada. Ahora que Alemania está en problemas, las posibilidades de una espiral deflacionaria al estilo de Japón han aumentado considerablemente. Y los políticos alemanes siguen oponiéndose al estímulo que necesita la zona euro.

A pesar de que su propia economía se ha estancado, están decididos a equilibrar el presupuesto en 2015 Quieren obligar a Francia a reducir su déficit, mostrando poco interés en un plan de inversión en todo el euro, y su oposición explica por qué el BCE va tan lento con el programa de compra de bonos para hacer frente a la deflación. La flexibilización cuantitativa que los mercados esperan tardará meses, si al final se adopta.

Las perspectivas de la zona euro son más sombrías, pero hay otras regiones que también están pasando por momentos difíciles. En Japón, por ejemplo, la economía se verá de nuevo perjudicada por otro aumento en el impuesto al consumo en octubre de 2015 Y con los precios de las materias primas cayendo y China en desaceleración, es difícil ver cómo otras economías emergentes pueden acelerar su ritmo de crecimiento, incluso si Estados Unidos está en buena forma.

Los optimistas ven la fortaleza del dólar como un simple medio para exportar la recuperación de Estados Unidos en otras partes; pero eso es más complicado de lo que se piensa. El dólar está en ascenso, impulsado por el crecimiento más rápido y la perspectiva de una política monetaria más restrictiva de la Reserva Federal.

Es probable que el dólar suba más, ya que las subidas repentinas del dólar tienden a prolongarse durante varios años.

Esto debería ser una buena noticia para las economías en problemas: los exportadores impulsarán su competitividad, mientras que las importaciones más caras evitarán la deflación. Pero también podría traer riesgos. Las monedas tienen una tendencia a pasarse de frenada. Las empresas y los gobiernos que se han endeudado en dólares en los últimos años tendrán que pagar más. El endeudamiento en dólares de las empresas de los mercados emergentes ha aumentado drásticamente desde 2008, a un estimado 70% de la emisión total de bonos. Y el impulso temporal de una moneda más barata podría proporcionar a Francia, Italia y Brasil (y cada vez más Alemania) otra excusa para posponer las reformas estructurales.

La receta para los débiles es simple: cúrate a ti mismo. En lugar de esperar que Estados Unidos resuelva tus problemas, los países en problemas deben tomar las malas noticias recientes como un toque de atención. El BCE debería comenzar las compras de bonos de inmediato.

El gobierno japonés debe retrasar la subida del impuesto sobre el consumo hasta que la economía se recupere. Los países que pueden permitírselo, especialmente Alemania, deben invertir en infraestructuras. E incluso Estados Unidos y Gran Bretaña deben tener cuidado, especialmente respecto a un endurecimiento de la política monetaria demasiado rápido."


Fuentes: The Economist




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