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La eurozona arranca 2017 con fuerza pese a los riesgos políticos

Jeremy Gaunt - Martes, 31 de Enero

La economía de la eurozona ha comenzado el año de forma robusta, según mostraron datos conocidos el lunes, dando al Banco Central Europeo pruebas de que su masivo plan de estímulo está funcionando, pero también planteando dificultades por delante. Por delante existen riesgos - algunos de ellos políticos - pero por ahora los 19 países miembros de la eurozona lo están haciendo mejor que lo esperado. La inflación alemana parecía aumentar su ritmo después de que cinco estados federales cerraran con subidas anuales de precios cercanas - y en tres casos por encima - del objetivo del 2 por ciento del BCE para toda la zona euro. España, la cuarta mayor economía de la eurozona, registró un crecimiento económico el año pasado del 3,2 por ciento tras aumentos del 3,2 y 1,4 por ciento en los dos años anteriores, mostrando una fuerte recuperación y dejando lejos años de recesión.

La confianza manufacturera en Holanda - la quinta economía del bloque - alcanzó su nivel más alto desde 2008, mientras que varios índices de sentimiento económico para la eurozona al completo aportaban datos mucho mejores de lo esperado.

El sentimiento económico para todo el bloque, por ejemplo, llegó a cerca de máximos de seis años.

Hubo también muestras de crecimiento en economías menores como Lituania - donde el PIB interanual fue del 3 por ciento en el cuarto trimestre - y Austria, donde la inflación se aceleró y mejoró su índice de gerentes de compra.

Los datos llegan después de una semana en la que otros informes han mostrado un comportamiento relativamente fuerte este año frente a 2016 para los pesos pesados Alemania y Francia.

"2017 parece haber comenzado con muy buen pie", dijo Jennifer McKeown, economista jefe en Europa en Capital Economics en Londres. "La economía se está comportando (bien)", añadió.

VIENTO EN CONTRA

Todas son buenas noticias para el BCE, que hasta ahora ha inyectado más de 1,5 billones de euros en la economía de la eurozona para intentar atajar la deflación e impulsar el crecimiento, junto con unos tipos de interés bajos.

Pero también añade presión al BCE para que retire algo de su generosidad.

Las autoridades alemanas en particular no son favorables al derroche del BCE y esa presión se reforzará dado que se espera que la inflación crezca más en la primera economía europea que en toda la eurozona.

"Si la evolución de los precios es sostenible, se crea el prerrequisito para la retirada de la política monetaria holgada", dijo el jefe del Bundesbank y formulador de políticas del BCE Jens Weidmann la semana pasada.

El BCE, sin embargo, ha indicado que no tiene prisa.

Parte se debe a que quiere ver una mejora sostenible y no cree que tenga pruebas aún. Parte de la inflación, por ejemplo, procede de un aumento de los precios de la energía que pronto dejarán de tener impacto en los datos comparables.

Pero hay una serie de acontecimientos políticos que podrían complicar e incluso dar al traste con los progresos de la eurozona.

Hay muchos condicionantes, pero cabe la posibilidad de que las elecciones presidenciales francesas den lugar a una administración encabezada por la ultraderechista antieuropeísta Marine Le Pen, y un resultado similar podría producirse en Italia con el movimiento Cinco Estrellas.

Grecia, mientras, ha fracasado hasta ahora en obtener el último tramo de su tercer rescate internacional. Hace dos años se convirtió en el primer país en entrar en bancarrota de la eurozona.

El BCE tendrá en cuenta todo esto pese al aumento del crecimiento.




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