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La importancia de aprender a equivocarse

Carlos Montero - Jueves, 17 de Julio

Hace unas semanas un inversor particular me preguntaba, “¿qué cree que es lo más importante para poder sobrevivir en los mercados?” Mi respuesta fue: Saber equivocarse.

Teniendo en cuenta que el 100% de los inversores nos vamos a equivocar de forma más o menos asidua, y que probablemente en muchos casos las equivocaciones superen a los aciertos, lo primordial para poder mantenerse en el mercado durante un largo periodo de tiempo es aprender precisamente de esas equivocaciones. No es fácil puedo asegurárselo. Aunque toda nuestra voluntad quiera analizar esos errores y aprender de ellos, los importantes sesgos de comportamiento de los que ya hemos hablado nos empujarán a cometer las mismas equivocaciones una y otra vez. Únicamente una disciplina mental e inversora correcta nos protegerá de esa persistencia en el error.

Me vino esta pregunta a la cabeza cuando hace unos días leí un interesante artículo de Cullen Roche, fundador de Orcam Financial Group, sobre este tema. Roche comenta la entrevista de Rick Santelli al analista Steve Liesman donde este último reconocía haber estado muy equivocado en sus predicción de los últimos 5 años. “He estado equivocadamente preocupado por la inflación, por la impresión de dinero, por el aumento de tipos de interés…”

Roche señalaba en ese artículo que la mayoría de la gente odia equivocarse, algo con lo que estoy completamente de acuerdo y que me produce un absoluto desconcierto ya que recocer un error es el primer paso para subsanarlo. Roche añade que el equivocarse te hace parecer tonto, pero no significa que seas tonto permanentemente. Después de todo, añadía, hay mucha verdad en el dicho de que no hay errores sólo lecciones.

Liesman señalaba en la entrevista que los últimos cinco años han sido una mina de oro del aprendizaje. He hecho un trabajo bastante bueno navegando en el paisaje macro, y he aprendido mucho porque he cometido un montón de errores en ese tiempo. Pero esos errores se han convertido en lecciones porque me obligué a ir hacia atrás y aprender los motivos de mis equivocaciones, afirmaba.

Me gustaría añadir que hay en estas afirmaciones de Liesman un importante riesgo inherente. Si analizamos nuestros errores desde el mismo plano que los cometimos sentaremos las bases para realizarlos de nuevo. Si ante el miedo infundado de un escenario económico inflacionista por ejemplo, aprendemos la lección que no hay una correlación inevitable entre impresión de dinero e inflación, lo cual es cierto, nos estaríamos dejando fuera de nuestros análisis los componentes psicológicos de esa predicción, que como no me cansaré de repetir son en muchos casos más importantes. El análisis de nuestras equivocaciones tiene que realizarse desde muchos frentes, no únicamente desde el mismo que nos llevó a las conclusiones erróneas.

Es muy importante aprender a equivocarse, pero para ello tenemos que tener la humildad y honestidad necesaria para admitir que raramente conocemos todas nuestras motivaciones a la hora de tomar una decisión. Únicamente con un trabajo reflexivo podremos llegar a todos nuestros condicionantes, y corregirlos cuando sea necesario.




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