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“Latam ya no será la próxima burbuja. Algunos sospechamos que ha estallado ya…”

Moisés Romero - Martes, 17 de Mayo "Dos de los grandes éxitos del Control Asistido de la Gran Crisis Financiera Global, que, paradójicamente, han lastrado en el mismo acto a la economía real (no se puede estar en misa y repicando) han sido el mantenimiento de las posiciones en los mercados emergentes y en los mercados de divisas. Gracias a ello se ha evitado el colapso. Esto no significa que en ambos casos los desequilibrios no existan, sino al revés. Es más, a medida que se han cerrado más y más compuertas mayor ha sido el volumen de aguas contaminadas almacenadas. En nuestra gestora hemos venido advirtiendo de la enorme burbuja que se estaba creando en Latinoamérica. Ahora,nos preguntamos ¿ha estallado ya? La pésima evolución de las Bolsas de Latinoamérica en lo que va de año nos puede dar la pista. El crash de las materias primas puede ser el remate. Y en Latinoamérica la Bolsa española se juega mucho, como ya se demostró en grandes crisis de emergentes anteriores. Por ahora, el FMI ha controlado la situación, pero destaca ya que las cosas se ponen feas ¿Podrá seguir haciéndolo en el futuro dado el peligroso auge de los nacionalismos y la tendencia cada vez más acusada de ciertos países a nacionalizar las materias primas en origen?", se preguntaba ayer uno de los grandes gestores de fondos de la Bolsa española.

Hace poco más de un año (¡cómo corre el tiempo!)Comercio destacó que España se juega más de 60.000 millones de euros en países inestables políticamente. Ésta es la inversión bruta española, de acuerdo con las estadísticas que ofrece la Secretaría de Estado de Comercio, en diez estados de Latinoamérica y África con un nivel alto de riesgo-país, según CESCE. En concreto, en Argelia, Argentina, Bolivia, Cuba, Mauritania, Nicaragua, Paraguay, Senegal, Venezuela y Egipto.

(Reparen un momento en los países, porque, insisto, las advertencias se produjeron hace más de un año y desde entonces se han producido revueltas en Argelia, Bolivia y Egipto)

Desde hace tiempo, Latinoamérica se ha visto sacudido por una oleada de nacionalismos y de algaradas, que, con frecuencia, confunden las normas y leyes internacionales, hasta despreciarlas. Además, cambian los términos, como buenos expertos en propaganda, y lo que es un saqueo o expolio es vendido (expuesto) a las masas como una actuación protectora del Estado. Los sobresaltos abundan en zonas del mundo donde hay dinero español comprometido. CESCE, entidad de seguros de crédito, establecía una clasificación con una escala del 0 al 7, en la que la máxima calificación de riesgo suele coincidir con la inestabilidad política del país. En este epígrafe, figuraban Bolivia y Venezuela. Ambos tenían una calificación riesgo país de 7 y en los dos existe la amenaza de la nacionalización, que, de una manera u otra, se está produciendo.

El alza del maíz, arroz y otros productos básicos ya pusieron el año pasado en pie de guerra a miles de campesinos y consumidores en Latinoamérica y otras zonas emergentes del mundo. El fenómeno traspasó fronteras y fueron muchos los prohombres que advirtieron de la elevada sensibilidad de estas áreas a los mercados de materias primas. Algunos estrategas vienen pronosticando un salto rápido de este proceso a las Bolsas y mercados financieros, pese a la mejora de las cuentas públicas registradas en la zona durante los últimos años. El FMI, no obstante, ha controlado hasta ahora la situación.

Un estudio del banco alemán Deutsche Bank ya observó y advirtió hace dos años de riesgos en el sector energético de Latinoamérica por el nacionalismo de algunos países de la región, como Venezuela. Decían los estrategas de este banco que el fenómeno restaba atractivo a los inversores extranjeros. En el informe que cito, los expertos del banco alemán consideraban que en un futuro próximo el aparente nacionalismo sobre los recursos y las tensiones políticas que le acompañan podrían representar un obstáculo para el sector energético. Además, el banco explicaba que el atractivo de la región para las inversiones extranjeras directas ya era bajo por problemas fiscales y añadía que esto no mejoraría con el nacionalismo sobre los recursos y las declaraciones dirigidas contra los inversores. Los analistas de la entidad alemana afirmaban que el dominio estatal en el sector energético podrían frenar las inversiones extranjeras más fuertes en los próximos años.

En cualquier caso, los actores en los mercados admiten que los emergentes han evitado un derrumbe mayor de la Economía Global. No obstante, las expectativas empeoran. Hace unos meses el Banco de Pagos Internacionales (BPI) ha advertido de que existe “un riesgo significativo de que se demore la recuperación de las economías de mercado emergentes”, entre las que está la de Latinoamérica. En su 79 informe anual, en el que analiza la actual recesión económica, el BPI ha rehusado dar pronósticos de crecimientos concretos para América Latina, a diferencia de otros años, cuando ha publicado tasas concretas, debido a la fuerte incertidumbre. Sospechoso ¿No?

Ahora, el Fondo Monetario Internacional ha elevado el tono de preocupación por un eventual “sobrecalentamiento” de las economías en Latinoamérica, derivado de un crecimiento todavía superior al potencial y al fuerte empuje de la demanda interna.

En su último informe regional de perspectivas económicas sobre América, titulado “Las Américas: atentos al sobrecalentamiento” y presentado en Ciudad de México, el FMI destaca que si bien el crecimiento en Latinoamérica se ha moderado en 2011 “con respecto a las vigorosas tasas registradas el año pasado”, aún “se sitúa por encima de la tasa de crecimiento potencial”.

El documento divulgado la semana pasada mantiene los mismos pronósticos de crecimiento para los países de América en 2011 y 2012 calculados en el último reporte sobre “Perspectivas Económicas Mundiales” del Fondo, presentado en abril pasado.

twitter.com/moisesssromero @MoisesssRomero

Moisés Romero




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