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Los buenos equipos gestores tienen que tener equilibrado el componente hormonal

Carlos Montero - Lunes, 29 de Diciembre

Las finanzas del comportamiento es un tema que me apasiona. La conjunción del comportamiento humano junto con la dinámica propia de los mercados financieros, hacen de esta rama del estudio económico algo realmente atractivo.

Básicamente las finanzas del comportamiento analizan las influencias psicológicas que afectan a los inversores en su labor. Estudios como los del Premio Nobel Daniel Kahneman han ayudado a comprender la evolución de los mercados y han proporcionado conocimientos útiles para mejorar la toma de decisiones.

Estos sesgos psicológicos están condicionados en gran parte por factores biológicos sobre los que se puede influir. La experta Susan Hoover señala que las decisiones irracionales, la aversión a la pérdida y la infravaloración del riesgo, se han relacionado con hormonas que se encuentran en el cuerpo humano. Estos mensajeros químicos tienen una gran influencia sobre múltiples factores humanos, entre los que se incluyen la memoria, la cognición y el comportamiento. Dos hormonas específicas, la testosterona y el cortisol, tienen un papel relevante en los excesos de mercados alcistas y bajistas.

John Coates, neurocientífico y autor de “The Hour Between Dog and Wolf”, ha sugerido que la biología jugó un papel importante en la crisis financiera de 2008, encontrando un factor de transformación “Jekyll y Hyde” que los operadores masculinos experimentan cuando se sitúan bajo presión. Su trabajo sugiere que el comportamiento excesivamente agresivo, causado por niveles elevados de testosterona durante un mercado alcista, conduce a niveles peligrosos de riesgo en el sistema financiero. El cortisol, la segunda hormona analizada por Coates, se presenta mayormente en épocas de incertidumbre, retrasando o debilitando una recuperación económica.

El estudio de Coates de 2010, analizado por Susan Hoover, encontró que la testosterona está asociada con la recompensa, y señaló que los inversores tenían niveles significativamente más altos en los días en los que consiguieron una ganancia superior a la media. Sin embargo, una excesiva testosterona puede generar problemas de excesiva confianza, lo que lleva a tomar decisiones cada vez más equivocadas ya que la tolerancia al riesgo se ve afectada, mientras que sus niveles de habilidad se mantienen sin cambios.

En el mismo estudio de 2010, Coates encontró que los niveles elevados de cortisol estaban conectados a una extrema aversión al riesgo entre los operadores, que pueden llevar al pesimismo irracional que inunda los banqueros y los gestores de fondos durante las crisis financieras. “Los operadores, gestores de riesgos y los bancos centrales, no pueden aspirar a gestionar el riesgo si no entienden que los impulsores de la toma de riesgos se esconden profundamente en nuestros cuerpos”, afirmó Coates.

Una forma de compensar los cambios biológicos conducidos por las hormonas podría ser fomentar un equilibrio entre hombres y mujeres en una gama más amplia de edades. En un artículo en The New York Times, Coates observó que “las mujeres y los hombres mayores tienen una fracción de testosterona de los hombres jóvenes, por lo que su comportamiento financiero puede ayudar a estabilizar los mercados”.

Según un estudio de la Universidad de Chicago, el matrimonio tiene un efecto moderador sobre las respuestas hormonales de estrés psicológico.

Cada vez se da más importancia en las gestoras el control de estos aspectos biológicos para hacer más eficiente la toma de decisiones. En muchas de ellas se incentiva el ejercicio del deporte o la meditación para reducir esos niveles hormonales, o haciendo un seguimiento detallado a los signos vitales y de comportamiento en un intento de alcanzar un estado de máxima productividad.




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