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¿Por qué me he equivocado este año?

Carlos Montero - Jueves, 22 de Diciembre

En los últimos días hemos publicado –y seguiremos haciéndolo en los que nos quedan para finalizar el ejercicio-, las previsiones e informes de estrategia de los principales analistas y bancos de inversión del mundo para el próximo ejercicio 2017. Como hemos señalado en otras ocasiones, esas estimaciones deben servirnos como guías operativas, pero sin darles un excesivo valor predictivo porque de hecho no lo tienen.

En este artículo me gustaría poner un ejemplo de la afirmación anterior, y para ello tomaré las predicciones que distintos analistas realizaron para 2016, recogidas por Barry Ritholtz, y el comentario de este último de porque no se cumplieron. Ya saben, lo de un analista es aquella persona que realiza predicciones y luego te explica porque no se han cumplido. 

- El petróleo subirá hasta los 80$ barril (predicción realizada por Raymond James): Ahora sabemos que el petróleo no llegó nunca a los 80 dólares este año, alcanzando un máximo ligeramente por debajo de los 60 dólares barril brent. El error que cometí es asumir que se puede medir con precisión una actividad de perforación y su posible desaceleración ante la caída de los precios del crudo. También intentar averiguar cuál sería el impacto en la oferta y determinar por tanto el  precio de equilibrio. No ocurrió.

- Viviremos una recesión en 2016 (previsión publicada en Washinton Times): El problema de esta predicción fue que tuvo una importante carga emocional. El autor se opuso al programa de flexibilización cuantitativa de la Fed, así como a las regulaciones gubernamentales, por lo que, a modo de crítica, y convencido de sus propios argumentos, vaticinó una recesión económica en EE.UU. que nunca sucedió.

Pero no fue el único que realizó esta previsión de recesión económica:

- Los analistas de JP Morgan consideraron que había una probabilidad del 81% de que sucediera. Argumentaban que cuatro de cada cinco veces las recesiones han seguido a varios trimestres consecutivos de descensos en las ganancias corporativas.

- El multimillonario Sam Zell afirmó que probablemente EE.UU. sufriría una recesión en los próximos 12 meses. Este culpaba a la Fed y a un dólar fuerte de que la economía estadounidense se terminara deteriorando hasta contraerse. Aunque no se puede dudar de la capacidad de Zell para ganar dinero, levantan más dudas su capacidad para hacer buenas predicciones.

- El oro subirá hasta 2.000 dólares la onza: Muchos analistas esperaban este repunte del oro por varias razones entre las que se encontraban huida hacia activos más seguros, incremento de las reservas de varios bancos centrales, e incremento de la demanda en China e India. El máximo del oro no superó los 1.375 dólares. China e India han sido compradores netos de oro durante siglos y eso no ha tenido un especial efecto en la tendencia de este metal precioso.

- “Las bolsas perderán entre un 10 y un 12% si vence Trump”: Esto lo escribió Justin Wolfers en el New York Times el 30 de septiembre. La base es que la incertidumbre generada por las políticas de Trump provocaría un desplome de los mercados de acciones. La incertidumbre sobre lo que hará Trump no es discutible. Las bolsas, sin embargo, se han tomado de una manera fuertemente alcista lo que sí conocen que hará Trump.

Podríamos seguir con otras predicciones como la victoria oficialista en los referéndums británico e italiano, o las predicciones sobre los sectores favoritos para este ejercicio, o…

De hecho, como publicamos en un artículo hace unos días, los gestores que han apostado este año en contra del consenso de mercado, han superado por mucho la rentabilidad promedio. Por tanto, y como decíamos a principio del artículo, tómense las predicciones 2017 como una guía operativa o como una curiosidad si así lo prefieren, pero no hagan de ella la base de su sistema operativo.




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