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Próximo paquete de ayuda a Grecia: Peligros para la eurozona

Carlos Montero - Jueves, 26 de Septiembre

La situación en Grecia es tan desastrosa que es muy probable que se tenga que aliviar la deuda de algún modo. El momento es adecuado ya que el periodo de "stand by" por las elecciones alemanas ha finalizado. Desde el principio, los responsables políticos han inventado soluciones "únicas y excepcionales" para hacer frente a Grecia. Pero éstas se convirtieron en un modelo para los programas posteriores que se aplican a otros países.

Los programas griegos no han funcionado

No hace falta ser un genio de las matemáticas para observar que su situación económica ha empeorado desde que Grecia entró en los programas de la Troika. La situación económica es horrible:

- El PIB ha caído en picado, y su economía ya se ha contraído un 30% en los últimos seis años.
- La Comisión Europea prevé un crecimiento griego del -4,1 % para 2013, pero por el momento es del -5,5%.
- La tasa de desempleo se sitúa en el 27%
- El desempleo juvenil es del 57%

La situación financiera está casi igual de mal

- Los depósitos bancarios han descendido un 30%, en parte por las huidas al extranjero, en parte por la caída del ahorro de la población.
- Los préstamos en mora en los hogares y las empresas han llegado a uno increíbles niveles del 25% y 31%, respectivamente.

Oficialmente la mayoría de los bancos han sido recapitalizados, pero estos préstamos en mora no están en sus balances

Acumular estadísticas desastrosas es demasiado fácil. En cualquier caso, tales números no pueden describir la tragedia humana que está en marcha. Las previsiones optimistas de las instituciones ni siquiera comienzan a reconducir esta miseria.


Enfréntese a la realidad: Enviemos a Grecia al Club de París

Hoy en día, la deuda del gobierno griego está en los 320.000 millones de euros. El valor total de los préstamos concedidos por los gobiernos europeos y el FMI asciende a 200.000 millones de euros, de los cuales unos 176.000 millones ya se han desembolsado. Además, los préstamos del Eurosistema ascienden a 85.000 millones de euros.

Esto significa tres cosas:

1. En primer lugar, la "ayuda" de Europa a Grecia ha sido el factor que más ha contribuido al aumento de deuda desde el principio de la crisis.

La deuda se ha reducido en cerca de 60 mil millones en 2012 a través del programa de Participación del Sector Privado (PSI), pero la mayor parte de las pérdidas fueron asumidas por los bancos griegos, que han tenido que ser posteriormente recapitalizados.

2. En segundo lugar, Grecia no puede recuperar el crecimiento bajo el peso de esta deuda acumulada.

Incluso si hay dudas acerca de la cifra mágica del 90% del PIB de Reinhart y Rogoff, Grecia y otros países de la periferia están muy por encima de este umbral. Las grandes deudas imponen una pesada carga y crea una dinámica de deuda altamente inestable, como se ha podido ver en los últimos cuatro años de austeridad.

3. En tercer lugar, la mayor parte de la deuda griega está ahora en manos oficiales.

El temor de que la reestructuración pudiera desestabilizar a los bancos de todo el mundo - sobre todo en los países del centro de Europa - ha desaparecido. Grecia es un candidato natural para un acuerdo del Club de París - un foro informal de acreedores oficiales y países deudores cuya función es coordinar formas de pago y renegociación de deudas externas de los países e instituciones de préstamo.


La reestructuración de la deuda oficial

Las autoridades ya han señalado que es probable que se necesite una reestructuración de la deuda griega.

Esta cuasi decisión se ha mantenido en secreto debido a las elecciones en Alemania, pero ahora pasará a un primer plano.

Esta medida de alivio se presentará, sin duda, como otra política "única y excepcional". Pero no será así. Otros países también necesitarán alivio: Portugal con seguridad, también en Italia, tal vez en España. Por esta razón, el movimiento debe realizarse de tal manera que pueda ser reproducido en otro lugar, incluso para los grandes países.


Hacia un enfoque más sistémico

La reestructuración de la deuda se puede lograr de muchas maneras.

1. Se puede reducir la deuda de manera explícita a través de swaps o saneamientos.

2. Se pueden alargar a tasas de interés favorables

3. Se puede intercambiar por acciones o bonos contingentes, como los bonos Brady utilizado con éxito en América Latina en la década de 1980.

4. Puede monetizarse

Es importante este aspecto técnico porque afecta a la magnitud de la reducción de la deuda.

El FMI menciona una reducción de la deuda del 4% del PIB. La última quita de la deuda soberana griega - eufemísticamente llamada "participación del sector privado" - fue de alrededor del 30 % del PIB. Eso fue dolorosamente inadecuado. Lo ideal sería un alivio de deuda entre el 50 a 60 % del PIB. Con una deuda de un 175% del PIB, una reducción del 4% no es significativa - incluso a nivel simbólico.

Por supuesto, la reestructuración de la deuda puede y debe ir acompañada de una venta de activos, pero esto sólo se hará cargo de una parte moderada del ajuste.


Se necesita una medicina más fuerte

Reprogramar la deuda puede fácilmente acabar con una deuda equivalente al 4% del valor del PIB. Pero el gran alivio requiere instrumentos más potentes.

- La deuda griega es pequeña, un poco más de 3% del PIB de la Eurozona.
- Los políticos tienden a tratar cualquier alivio de la deuda de una manera que hace que sea apenas perceptible.
- De un modo u otro tendrán que haber alguna monetización de la deuda.

Grecia es un buen punto de partida, aunque sólo sea porque es una economía muy pequeña.


Conclusiones

La gente se preocupa con razón por el riesgo moral. Se oponen a cualquier reestructuración de deuda debido a que sólo alentaría a Grecia y a otros países a endeudarse más, en lugar de poner sus casas en orden.

Una reestructuración de la deuda podría resolver un problema de riesgo moral completamente diferente - la tendencia de los países más estables a retrasar la solución en el tiempo, obligando a los países en crisis a pedir prestado en lugar de reestructurar sus deudas desde el principio, cuando las deudas no son tan grandes.

Países fiscalmente indisciplinados han sido severamente castigados en los últimos años. Ha llegado la hora de que los "generosos" prestamistas oficiales hagan frente a su miopía. Esta es la mala noticia que la canciller Merkel debe anunciar a sus ciudadanos.

 

Fuentes: Charles Wyplosz – Profesor de Economía Internacional en el Graduate Institute of International and Development Studies in Geneva




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