La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

¿Qué puede enseñar “El Renacido” a los inversores para sobrevivir en este mercado?

Carlos Montero - Lunes, 01 de Febrero

En alguna ocasión les he comentado que me gusta el cine. Tengo la sana costumbre todos los miércoles de ir al cine en compañía únicamente  de un gran bol de palomitas y un gran vaso de refresco. Ahora que lo pienso, quizás no sea una costumbre tan sana.

Tengo ganas de ver la última película de DiCaprio, El Renacido, que se estrenará el próximo 5 de febrero. Es una de las grandes favoritas para los premios Oscar con doce nominaciones. Siempre me ha parecido que DiCapio es un actor que no ha sido justamente valorado por la industria y la crítica. Creo que esta vez se llevará el Oscar.

Pero esta no es una página de cine sino financiera, aunque en muchas ocasiones hay más relación entre ambas industrias de lo que pudiera parecer. Recientemente el analista de Fortune, Joshua Brown, al que le gusta hacer este tipo de relaciones, escribió un interesante artículo en el que mostraba lo que un inversor podía aprender de la película de DiCaprio para sobrevivir en los mercados bajistas como el que nos encontramos. Estas fueron sus conclusiones:

- Los refugios son pocos y distantes entre sí: Los bonos del Tesoro y el efectivo se comportan bien cuando el mundo se vuelve frío y el oso (mercado bajista) se pone en  marcha. El oro ha tenido un comportamiento impredecible, para disgusto de los que lo atesoraban para reducir la volatilidad de sus carteras.

Otras áreas de renta fija (la renta fija alternativa), se ha comportado tan mal en los mercados bajistas como la renta variable. Los bonos corporativos con grado de inversión a penas distinguen su comportamiento de los bonos basura. El rendimiento de los fondos de inversión sin restricciones tiene también un pésimo comportamiento, ya que sobreponderan activos de los mercados emergentes y bonos de alto rendimiento para generar ingresos adicionales.

- Aquellos con la esperanza de una resolución rápida se decepcionan repetidamente: Seguramente habrá oído hablar sobre los rebotes de los mercados bajistas. Son cortos y bruscos. Son un fenómeno contra tendencia que pilla a todo el mundo con la guardia baja.

Los rallys de los mercados alcistas, también conocidos como atrapa inversores, se producen precisamente en un momento de desesperanza. Pero se desvanecen con la misma rapidez que surgen conduciendo a nuevos mínimos.

(Alerta de Spoiler). Leo, el protagonista de El Renacido, encuentra un pez, pero a causa de ello casi es capturado por un grupo de búsqueda. Leo hace un amigo en el camino, pero ese amigo es colgado en un árbol por la noche. Leo se escapa de sus perseguidores, pero después casi se congela hasta la muerte…

- Lleva sólo lo que necesites: Cuando la empresa de pieles es atacaba por una tribu, se hace evidente que ya no están en el  negocio. La misión se convierte en bajar la montaña vivos. Esto requiere una carga mucho más ligera, por lo que los cazadores abandonan sus preciados paquetes de pieles para escapar.

Muchos inversores han acumulado demasiados activos en el camino en el período posterior a la recuperación. Esto conlleva mantener inversiones de riesgo que ya no es racional poseer. Todavía hay tiempo para aligerar peso.

- Los comentarios son inútiles: Nadie sabe si China tendrá un hard landing. Nadie sabe dónde está el suelo del petróleo, o a dónde rebotará una vez acaben las caídas. Nadie puede estimar el impacto verdadero sobre la economía de estos hechos, o las ganancias del S&P 500, o la evolución de los riesgos geopolíticos. El mercado lo resolverá con el tiempo, con muchos titulares fallidos en el camino. Los adivinadores más confiados de hoy, parecerán los más absurdos mañana. Leo no dice más de cinco o seis líneas durante la totalidad del camino en el que se encuentra moribundo. No hay mucho que valga la pena decir hasta que no llegue al otro lado.

- Se invisible: Leo dice a su hijo, “si quieres sobrevivir, mantén la boca cerrada”. Esto es una buena idea para los inversores que se ven golpeados por oleadas de incertidumbre que condicionan su mente. Al tomar una posición podemos llegar a ser rehenes de ella. Si lo verbalizamos, “el petróleo ha tocado fondo”, “el crash no ha hecho más que comenzar”, “este activo debe rebotar”, nos quita la flexibilidad necesaria para adaptar nuestras posiciones a como se desarrollan los acontecimientos. No hay nada peor que mantener las convicciones firmes cuando nos enfrentamos a un escenario con tanto proceso de cambio.




[Volver]