La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

“Quise ser bróker de Bolsa. Ahora me dedico al inmobiliario”

Moisés Romero - Miercoles, 25 de Septiembre

Sentía envidia. Mi ambición me empujaba hacia el sector de las finanzas y de la Bolsa. Ser bróker era mi ilusión. Un término, con mucha influencia y si eres mujer, como yo, más. Ya saben que un bróker​​ es un individuo o institución que organiza las transacciones entre un comprador y un vendedor en ciertos sectores a cambio de una comisión cuando se ejecute la operación. Todo el mundo lo relaciona con la Bolsa. Aún recuerdo aquellas imágenes en la televisión, con los corros llenos de humo. Gritos, voces y mensajes, que solo unos pocos entendían. Desde hace unos años he seguido el desarrollo de la actividad, las cifras que mueven las sociedades y agencias de valores. Catástrofe. Las que no han cerrado, no tardarán mucho en hacerlo. En el negocio ha caído a plomo, un 70% como promedio. Además, hay más plataformas, que juegan, hacen y deshacen y ofrecen las comisiones, según les conviene. Incluso algunas no cobran nada por determinadas operaciones. He abandonado la ilusión de mi vida y ahora me dedico al inmobiliario, aunque no sé si llego tarde. Todo puede ser", me dice LauraR. economista

Hablo con viejos amigos del sector: "Levo casi cincuenta años en el tajo", me dice uno de los pocos gestores, que han logrado sobrevivir en un mundo convulso y complicado como es el de la inversión y la Bolsa, "y este negocio ya no es lo que fue ni lo será. El pasado fue exuberante, ampuloso. El presente, cero patatero, porque las comisiones se han venido abajo con estrépito, en un proceso que dura ya muchos años. Solo las grandes compañías logran permanecer en candelero a costa de sacrificar parte del beneficio con menores comisiones y retención, en el mismo acto, del cliente. Retener al cliente, mimarlo, cuidarlo. Para ello, hay que dar mejor servicio y menos comisiones..." 

"Esta liturgia cuesta mucho, absorbe mucho capital, que la mayoría no tenemos. Por eso, nos buscamos la vida como podemos o, sencillamente, cerramos las puertas. En la última década, coincidiendo con la Gran Crisis, han desaparecido muchas agencias y sociedades. Las gestoras, que hemos logrado mantenernos a flote, estamos en la cuerda floja. Comisiones cero y búsqueda de otros servicios, de valor añadido con los que mejorar nuestros ingresos. Es lo que hay, es lo que toca. Los bancos, por cierto, no están al margen de este fenómeno. Son parte activa. Muchos han vendido sus gestoras..."

"Y este es un fenómeno global. Las gestoras están renunciando en Europa a buena parte de sus ingresos para que su comisión sea competitiva. Es más: las entidades se estarían auto-imponiendo el cobro de una comisión máxima, entre gestión y gastos, renunciando a parte de su comisión de gestión. Así lo revela Fitz Partners, una firma londinense especializada en el análisis de los gastos y las comisiones de los fondos de inversión que ha publicado un informe sobre costes de los fondos transaccionales en el que revela que el 79% de las gestoras de activos subvencionan sus propios fondos para mantener los gastos totales bajo control, unas subvenciones que superan la comisión de gestión del fondo en el 19% de los casos. Fitz Partners estima que un 24% de las gestoras más grandes con distribución transnacional de fondos en Europa aplica una política de limitación de comisiones en al menos una de sus gamas de fondos..."

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Moisés Romero




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