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RSC. BCE. EBA.

Santiago Niño Becerra - Jueves, 29 de Mayo

Situación deflacionaria. Recortar salarios. RSC. Ocio. BCE y EBA.

¡Peor que Grecia! El problema surge de un cocktail mortífero: arrastre de una deuda impagable; actividad en mínimos por falta de financiación; competitividad buscada a base de rebajas salariales y no de mejoras de productividad buena; bajísimo poder de consumo como consecuencia de bajos salarios, alto desempleo por exceso de población activa.

 

Eso es una situación deflacionaria como un pino que no se arregla inyectando anfetas porque los excesos seguirán latentes sino adaptando la situación a la realidad. ¡Y el Gobierno lanzándose flores a sí mismo!. En fin. http://www.economiadigital.es/es/notices/2014/04/el_fmi_tambien_avisa_del_fantasma_de_la_deflacion_52928.php

(Publicado 09.04.2014)

 

Hace unos días estuve hablando con un pequeño empresario. Comentamos sobre varias cosas. Y entre lo que le dije, le dije que rebajando salarios no se saldría de donde se está porque eso sólo hacía que deprimir el consumo ya que esos trabajadores con salarios más bajos lo primero que hacen es pagar sus deudas.

Me contestó que si no hubiese rebajado salarios ya habría cerrado. A lo que le respondí que esa vía tenía un recorrido limitado y que la supervivencia y el futuro se hallaba en la productividad y en la inversión.

En cualquier caso, añadí, las masas salariales iban a bajar a medida que la automatización se fuese extendiendo. No le convencí.

(Publicado 09.04.2014)

 

A ver si lo sé explicar. En una economía postglobal como la actual, salvo catástrofe: un meteorito que choque contra la Tierra o algo así, los precios tienen que subir muy poco porque la productividad ajustará la oferta a la demanda.

El problema es que nos acostumbramos a una catástrofe: la concesión masiva de capacidad de endeudamiento a toda aquella persona que pudiera tener algún peso económico, es decir, se creció –la demanda creció– a base de deuda y arrastró a la oferta que subió los precios, a) porque la demanda aguantaba y b) porque la demanda era superior a la oferta. Eso se acabó y nos hablan de ‘deflación’ y nos cuentan cosas para solucionarla.

Tal y como lo veo lo que está pasando no se trata de un error sino de una normalidad, nueva, eso sí: hay que reducir la deuda, aumentar la eficiencia en el consumo de recursos aumentando la productividad y mejorando la organización, producir las cantidades necesarias, coordinar posiciones y posturas, compartir, colaborar incluso con competidores.

Es decir, tenemos que acostumbrarnos a crecimientos bajos, precios bajos, niveles de ocupación bajos, rentas medias bajas. En resumen: asumir que esto y hacia lo que vamos no es una deflación sino una nueva normalidad en las que la inmensa mayoría de los perfiles serán mucho más reducidos. ¿Deflación? ¿Qué deflación?

(Publicado 09.04.2014)

 

Ejemplo perfecto de lo dicho hace un minuto: esto no es deflación: es la normalidad hacia la que vamos. ¿Que si pudieran harían pagar mucho más? ¡Claro! Pero eso ya no es posible porque no hay capacidad de pago, y como la oferta es superior a la demanda, se reducen los costes y se repercute en los precios. (Pero si la productividad buena no mejora, mal). http://economia.elpais.com/economia/2014/04/08/actualidad/1396980051_242860.html

(Publicado 09.04.2014)

 

El empleo que destruyeron el año pasado las empresas que cotizan, ¿lo justificaron convenientemente en todos los casos?. Y las remuneraciones que pagan, ¿están en consonancia con sus resultados?. ¿Instrumentan los cauces convenientes para que sus empleadas/os puedan mejorar su productividad?. ¿Tienen arbitrados circuitos con feedback para fomentar la participación de sus plantillas?. A igualdad de responsabilidades y de competencias, ¿existe igualdad en las remuneraciones con independencia del género?.

No sé si las respuestas a esas preguntas son afirmativas o no, sólo digo que para mí, eso también es RSC. http://economia.elpais.com/economia/2014/04/08/actualidad/1396948187_386527.html

(Publicado 09.04.2014)

 

Yo añadiría un cuarto culpable: nuestras necesidades. Reales (descensos salariales, contratos a tiempo parcial) o inventadas (‘preciso de tal bien para ser feliz’), las necesidades llevan años aumentando: de la recesión del 91 se salió hiperconsumiendo con hipercrédito, a partir de ahí ...

Que el ocio haya dejado de estar de moda nos dice algo del modelo que viene: como poca población activa será necesaria, y como quienes lo serán lo serán mucho, tendrán que trabajar las horas que haga falta (a algunas/os se les remunerarán como se debiera y a otras/os no), al margen de horarios y de convenios.

Es decir, ya pasa hoy, pero mañana, triunfar profesionalmente supondrá que se es necesario, y entonces a olvidarse del ocio y del tiempo libre. Además, entrar en ese grupo supondrá haber sido ‘elegido para la gloria’: en un entorno superautomatizado y de subempleo. Además, pertenecer a esa élite necesaria será lo más porque supondrá tener acceso a privilegios exclusivos de esa nueva clase.

¿Cuándo un miembro de ese colectivo necesario se queme?, pues se elige a otro que lo sustituya: la oferta de trabajo continuará siendo superior a la demanda de trabajo. http://elpais.com/elpais/2014/04/09/icon/1397055895_587211.html

(Publicado 10.04.2014)

 

Continúan las filtraciones sobre los resultados de las auditorías del BCE y de la EBA que se publicarán en Noviembre y que, por lo que hasta ahora se ha dicho, serán de espanto. Recuerden lo que dijo en Enero el presidente del Eurogrupo: que esas auditorías mostrarían ‘sorpresas desagradables’.

Lo que yo pienso: que sí, que las auditorías se van a hacer, pero que el 80% de lo que va a salir ya se conoce, y es malísimo, por lo que ya se está preparando a la ciudadanía. De ahí que junto a declaraciones como estas se digan cosas del estilo que ‘nos estamos recuperando’ (aunque la realidad hable de un estancamiento, pero bueno). http://economia.elpais.com/economia/2014/04/09/actualidad/1397047858_082964.html   

(Publicado 10.04.2014)

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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