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“TRES SOPLOS DE BUENA TINTA Y TRES BATACAZOS. NADA SE PUEDE HACER SI NO HAY SENTIMIENTO DE MERCADO”

Moisés Romero - Viernes, 18 de Febrero A.E.P. está a punto de jubilarse después de más de 40 años años en el tajo de la Bolsa. Ayer le deseé suerte y buenos augurios en su nueva etapa. Desayunamos con rapidez, porque prepara la salida de la institución en que trabaja. Suficientes fueron los 10 minutos de conversación, no obstante, para tomarle el pulso al mercado. "Fíjate cómo está el mercado de verdad, no es el especulativo ni el de las máqunas, que hasta los chivatazos de buena tinta te pueden ocasionar la ruina. Y eso con la subida en vertical del Ibex...En los últimos meses, uno de los mejores bancos de inversión que he conocido en mi trayectoria profesional me ha recomendado tres valores, que, según ellos, contaban, siguen contando, con buenos fundamentos. O sea, auténticos chollos. Tres valores, que, en efecto, han rendido a sus accionistas buenas cuentas y buenas noticias. Tres valores, no obstante, que se han pegado tres batacazos importantes, con caídas promedio del 35% en apenas unos meses. La experiencia me dictó poner pocos huevos en estas cestas, pero los puse. Y los huevos se han roto. Para eso sirven los soplos, los chivatazos, que decimos en nuestro argot. Huye de los rumores, de los soplos de buena tinta. Las buenas noticias no se cotizan y si lo hacen su efecto apenas dura un par de horas. Hay un fenómeno contra el que no se puede luchar: contra el sentimiento de mercado". Tomó el último sorbo de café y nos despedimos.

Y esto me recordó La Carta de cierre de 2010. La retomo de nuevo:

“Y no hay sentimiento de mercado. Las cosas no funcionan, las noticias positivas se agotan en el mismo día. No hay interés. El inversor final no mira las valoraciones cuando está decidido a romper la hucha y meter su dinero en Bolsa. El inversor final sigue ausente y, con él, el sentimiento de mercado no existe. “Estimado director: En los últimos meses, o mejor dicho, desde marzo de 2009 he leído en varios medios, de manera recurrente, frases como “las tres últimas sesiones bajistas dejaron al parqué plagado de gangas y los inversores aprovecharon la ocasión para comprar…Me quedo, no obstante, con la siguiente frase: “Siempre hay caza de gangas tras una caída de los mercados. Pero sería demasiado pronto para esperar que la confianza vuelva al mercado”. Lo dijo Klaus Wiener, jefe de análisis de Generali Investments. Hay más, si usted sigue los movimientos posteriores a los que los medios definen caza de gangas, comprobará que los índices se desinflan. Entonces ¿dónde están las gangas? ¿No eran gangas los precios de hace 1.000 días? ¿No eran gangas los precios con un Ibex a 15.000 puntos? Esto de las gangas es como los chollos de las rebajas en los grandes almacenes, que ni son chollos ni rebajas. Hay una cosa básica, una verdad indisoluble, que los palmeros no podrán cambiar nunca: EL SENTIMIENTO DE MERCADO. Contra él nada se puede hacer. Por eso, considero que no es el momento de hacerse rico. Si los inversores siguen apostando por el intradía se quedarán cacareando y sin pluma, se los van a llevar por delante. Calma y a esperar”, me escribe Daniel Aguado, Ingeniero Superior Informático.

“Recuerde lo del SENTIMIENTO DE MERCADO, una frase célebre hace veinte años, pero que ha desaparecido en la vorágine de Casino en que se han convertido los mercados. El SENTIMIENTO DE MERCADO hace que las cosas sean buenas o malas, que las cotizaciones suban o bajen sea cual fuere el nivel del índice en ese momento”, finaliza.

Más referencias sobre Sentimiento de mercado: La psicología en el ser humano es muy variable según las circunstancias a las que esa persona se enfrente. En concreto, en el mercado bursátil, esto se hace patente y nos podemos encontrar con variaciones de la psicología de mercado, desde situaciones de máxima confianza y optimismo, hasta situaciones en las que sentimos temor o verdadero pánico.

Y sobre la teoría de la opinión contraria: Nos dice que es probable que el mercado acabe haciendo lo contrario de lo que el gran público espera, y con más probabilidad de que eso ocurra cuanto más extremo sea el sentimiento. Así pues, si somos capaces de identificar estos extremos de sentimiento podemos tener un nuevo elemento importante para complementar en nuestras decisiones. Esta variable puede, en muchas ocasiones tener una importancia estratégica fundamental.

¿Hablamos de gangas? En más de un ocasión he escrito de afamados cazadores de gangas que de tanto comprar lo que ellos creían gangas se arruinaron. No obstante, a medida que mayor ha sido el deterioro de las cotizaciones y peores las expectativas en lo que respecta a los beneficios empresariales y económicas, mayores son las posibilidades de adquirir acciones a buen precio, encontrar alguna ganga, porque del mismo modo que el mercado ha exhibido una enorme capacidad de anticipación en este peor escenario, también manifestará una gran flexibilidad a la hora de incorporarse a un futuro económico mejor. En ambos procesos, en el de caída y en el de subida, siempre se producen reacciones exageradas. Ahí puede estar la ganga. No olvidemos, sin embargo, que el término ganga va históricamente unido al de desahucio, simples baratijas, abalorios…

No despreciemos, por tanto, el término; no lo utilicemos con tanta frivolidad, porque una ganga es una cosa apreciable que se adquiere a poca costa o con poco trabajo. Aquí reside la dificultad ¿Dónde están las gangas? Hay más ¿por qué no considerar que las gangas hipotéticas de hoy pueden ser mayores gangas mañana dado el estado de abatimiento de y depresión generalizadas que manifiestan los mercados?

Estuve ayer con uno de los grandes estrategas y operadores de la Bolsa española, uno de los pocos que han sobrevivido a los peores ciclos. Un personaje vinculado, desde siempre, a uno de los grandes bancos.

-Tome nota, me dijo. Hay algunos fundamentos claves que han perdurado con el paso del tiempo y que seguirán haciéndolo en el futuro. Hay que tener dinero y paciencia. Estos son algunos de los cálculos que hay que realizar en coyunturas tan depresivas como la actual:

*Cotización inferior a 2/3 del valor contable.

*Cotización inferior a 2/3 del valor neto de su activo en el mercado.

*Crecimiento de los beneficios del 7% durante los últimos cinco años.

*Deuda total menor que el valor contable.

*Un cociente entre activos y pasivos líquidos mayor que dos.

twitter.com/moisesssromero @MoisesssRomero

Moisés Romero




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