Trump puede haber encontrado la horma de su zapato

Carlos Montero - Martes, 31 de Julio

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En otras ocasiones les he señalado en estas páginas que quizás la forma más efectiva de que Donald Trump abandone su estrategia proteccionista, es que el tejido empresarial de EE.UU. se le ponga en contra. Y eso puede suceder o bien porque la política de Trump los lleve a una caída de ingresos, o bien porque provoquen caída en sus acciones. Cada vez son más los directivos que están criticando abiertamente la estrategia de Trump, y eso que aún el precio de sus acciones, en promedio, siguen en zonas muy elevadas. El último en hacerlo es el multimillonario industrial Charles Koch, quien recientemente mostró su preocupación ante las acciones del presidente Trump en materia de comercio y aranceles.

“Cuanto mayor sea el nivel de restricciones comerciales, mayor será el riesgo de una severa contracción económica. Depende del grado, Si es lo suficientemente grave podría provocar una recesión”, afirmó en Bloomberg.

Trump ya ha impuesto aranceles sobre las importaciones de acero y aluminio en nombre de la seguridad nacional, así como aranceles sobre ciertos productos chinos en respuesta a las denuncias de robo de propiedad intelectual. Eso se traduce en aranceles de represalia sobre la soja y otros productos estadounidenses en un conflicto en aumento.

La economía de EE.UU. se expandió en el segundo trimestre a su ritmo más fuerte desde 2014, pero muchos economistas empiezan a temer que el crecimiento se esté agotando.

La red Koch está planeando una campaña de varios años, y varios millones de dólares, para promover el libre comercio y oponerse a las medidas de Trump de imponer aranceles. El esfuerzo es incluir publicidad y movilización de votantes.

Esa es la clave, que los lobbys empresariales se pongan de acuerdo en sus esfuerzos para convencer a la opinión pública de que Trump es malo para la economía del país, y por tanto para ellos.

La red política y empresarial que dirige Koch cuenta con más de 700 donantes que contribuyen al menos con 100.000 dólares al año. Hasta el momento, esta red ha intentado minimizar su papel en la campaña legislativa de mitad de período de este año, pero esto podría cambiar en el corto plazo si Trump sigue con su política proteccionista.

Las encuestas sugieren que los demócratas tienen posibilidades de obtener el control de la Cámara de Representantes de EE.UU., lo que limitaría la acción del presidente. Koch puede dar el último empujón para que lo logren.

Aquí en Europa sería impensable una injerencia tan directa del mundo empresarial en el político. En EE.UU. estos grupos de presión son absolutamente normal, y sus efectos en Washington notables.

¿Podría Trump resistirse a este tipo de presión? Con la gran mayoría de presidentes diríamos que no. Con Trump la respuesta es más incierta.

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