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AHORA SE DICE QUE EL CICLO DE TIPOS BAJOS AÚN NO HA ACABADO

Moisés Romero - Lunes, 25 de Septiembre
tipos Hasta hace dos semanas se consideraba lo contrario. O dicho de otra manera, hasta hace muy poco los mercados apostaban por pequeñas alzas de los tipos de interés en Estados Unidos, ya muy cerca del nivel de neutralidad histórica, y por un mayor recorrido en los de la zona euro, hasta llegar a los promedios lógicos. Los mercados y sus participantes son, no obstante, caprichosos en demasía y son capaces de cambiar de chaqueta de la noche a la mañana. Han sido suficientes algunos indicios de enfriamiento económico en Estados Unidos y una mejor percepción de la tendencia inflacionista, por la caída de los precios del petróleo, para que el grueso del mercado apueste por que el ciclo de los tipos de interés bajos aún no ha terminado. Son, dicen los más sesudos, caprichos de la globalización, un fenómeno que empuja y acelera los acontecimientos a velocidad de vértigo, y, también, las consecuencias de una liquidez que sigue alta. Por ese lado, las Bolsas poco deberían temer a corto plazo. A medio, las cosas pintan peor si se confirma la recesión.
Crecimiento económico, inflación y tipos de interés es el trío de moda en los informes de situación de las principales firmas del mercado, ahora que los actores aprenden a convivir, aunque con mucha desazón, con el denominado factor geopolítico. El terceto es, por lo demás, tan viejo como las Bolsas, porque el crecimiento económico actúa a favor del alza del beneficio empresarial mientras tasas de inflación altas conllevan un endurecimiento de la política monetaria y ésta mayor presión sobre los márgenes. Hoy, como ayer y como mañana, los inversores temen a la recesión y a la prima de riesgo inducida por tipos de interés más elevados.
 
La última reunión de la Reserva Federal de Estados Unidos ha sido un calco de la anterior, pero muchos analistas se han empleado a fondo en el estudio del comunicado final. La capacidad de imaginación de alguno de ellos es ilimitada, pero aún así han sido incapaces de encontrar elementos diferenciadores entre éste y el anterior veredicto. La maquinaria de los mercados no se detiene y, como siempre, suele ir por delante de los acontecimientos. Ahora la apuesta es que los tipos de interés bajarán en las primeras semanas de 2007.
 
En una encuesta realizada entre 18 traders tras el comunicado del miércoles pasado por parte de la FED sólo 2 se inclinaban por una subida de tipos en el FOMC de octubre, mientras 12 esperaban que la próxima decisión de mover tipos será para bajarlos, aunque no antes de 2007. Coinciden  todos los encuestados en que Greenspan hizo de los comunicados oficiales toda una ciencia inexcrutable y que Bernanke parece querer mantener este mismo discurso en sus conclusiones.

En este nuevo esquema traemos una reflexión de nuestro amigo José Luis Martínez Campuzano a propósito de una pequeña nota publicada en Financial Times por el economista de un banco de inversión de Estados Unidos sobre el final del mercado bullish en los tipos de interés. El planteamiento es claro, el timing para que suceda es mucho más complicado de definir. Globalización ha sido identificado hasta el momento con inflación baja y liquidez. En su opinión, en un futuro, drenada buena parte de la liquidez excedente, globalización será una mayor competencia por la captación de capitales a nivel mundial. También, una mayor presión sobre los costes para los países exportadores de desinflación.

La conclusión es lógica: a medio y largo plazo es más factible pensar en tipos de interés de la deuda más altos al largo periodo de tipos bajos que nos ha beneficiado en los últimos veinte años, aunque, en su opinión, el riesgo es mayor en el caso de que se produzca un desplome rápido y desordenado del dólar que llevara a un aumento de la prima de riesgo de los activos USA por captar financiación exterior. También, la explosión en el endeudamiento esperado a medio plazo una vez que se hagan efectivas las deudas que acarrean los sistemas de pensiones de los principales países desarrollados. Esto son riesgos más reales. Pero también referidos a un plazo mayor. A corto plazo todo apunta a que tendremos que vivir con tipos de interés bajos.

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Moisés Romero




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