La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

LA PREGUNTA ES ¿QUIÉN PAGARÁ ESTA PARANOIA? ¿EL RECIBO DE LA LUZ?

Moisés Romero - Jueves, 28 de Septiembre
plato_roto Los ciclos cumplen con su liturgia en la Bolsa de manera inexorable, porque el bolsista es el hombre que más veces tropieza en la misma piedra. Cada ciclo, es lógico, cuenta con sus propios protagonistas. Hace muchos años fueron los petrolitos los que dominaban el cotarro; luego llegaron las sociedades de cartera; más tarde, las inmobiliarias; a continuación las eléctricas seguidas de los bancos...hace siete y ocho años causaron furor las telecos en el mundo. Media España miraba atónita y con envidia a la otra media España que tenía acciones de Telefónica, porque entonces la multinacional tocaba la gloria con la punta de los dedos. Cotizaban las telefónicas por encima de los 30 euros y los informes de situación y de estrategia auguraban precios en el entorno de los 50 euros, porque la compañía más capitalizada de la Bolsa española, se decía entonces, iba a ser engullida por otra de mayor tamaño. Hoy cotiza en el entorno de los 13 euros. Las eléctricas viven en un éxtasis continuado. No tienen precio. Pero la pregunta es ¿quién pagará los excesos bursátiles? ¿Se encarecerá el recibo de la luz a tener de esta paranoia?

El campo de las eléctricas no tiene puertas y nadie se atreve a ponerlas. Las cotizaciones de las compañías que cotizan en el mercado nacional han alcanzado valoraciones fuera de la lógica y de la disciplina matemáticas. La locura de los constructores ha alcanzado tal nivel que no reparan ni en cifras ni en endeudamientos ni en retornos de la inversión. Los ricos de siempre, los dueños del ladrillo, que ahora son más ricos que los de antes, se ceban sobre las productoras y comercializadoras de luz en un acto que a determinados observadores se les antoja la vuelta a las cavernas.

Ahítos de sus negocios tradicionales buscan refugio para meter y poner a buen recaudo sus cajas fuertes repletas de euros. Agua y luz, como el pan y el vino, son elementos imprescindibles para la supervivencia actual ¿Se imagina alguien qué pasaría si de repente dejarán de funcionar los semáforos, frigoríficos, televisiones, en fin, no hubiera energía eléctrica? ¿Puede alguien hacer un largo camino sin agua y sin pan? Los constructores de ahora, la mayor parte de ellos ingenieros, han apostado por lo básico en sus estrategia inversora, en la vuelta a las cavernas. Que se sepa nadie de estos opulentos midas ha invertido euro alguno en I+D ¿Y eso qué es? 

Cada uno es libre de invertir como mejor considera. No obstante, cuando los movimientos se ejecutan alrededor de negocios y actividades básicas consideradas cuestión de Estado, del patrimonio común, el análisis de las valoraciones que se realizan, de los precios que se pagan es primordial. O dicho de otra manera ¿quiénes pagarán los nuevos recibidos de la luz que emitirán las compañías que hoy se compran y venden a precios irracionales? Hasta ahora, estas obras faraónicas y desmesuradas las ha pagado el consumidor, porque el lobby del sector eléctrico ha podido con todo y con todos ¿Pagará el consumidor los excesos de estos ricachones?

En términos de valoración bursátil volvemos sobre los pasos iniciales. Las telecos ya protagonizaron algaradas idénticas, incluso mayores. Los platos rotos, eso sí, los pagaron los inversores incautos, presos de la ambición y las propias compañías en un esfuerzo financiero que aún las tiene lastradas. 

 

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Moisés Romero




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