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LA INESTABILIDAD OLVIDADA PUEDE LLEGAR DE LA MANO DE LAS DIVISAS

Moisés Romero - Viernes, 10 de Noviembre
dolares Uno de los componentes esenciales del momento actual de los mercados es la volatilidad dormida. Salvo en el caso de las commodities, con fuertes oscilaciones en los precios del crudo y del oro en las últimas semanas, el resto de los activos negociados en los mercados organizados mantiene la calma, siguen instalados en el Nirvana, esa placidez que da la contemplación de las alzas. No obstante, los analistas dotados con el mejor olfato husmean por todos los rincones en busca de elementos que vaticinen peligro, el principio del final de tanta exuberancia. En el panel de potenciales enemigos a considerar destaca con letras mayúsculas el momento de las divisas. Aunque la presión es tímida por el momento, el dólar vuelve a estar contra las cuerdas. En la década de los 90 las divisas jugaron una muy mala pasada a las Bolsas. Son muchos los que consideran que la historia se repetirá tarde o temprano.

En las últimas horas ha vuelto a saltar a la palestra el excesivo nivel de endeudamiento de la economía de Estados Unidos. Las diferentes Administraciones estadounidenses han inundado el mundo, en los últimos años, de dólares. El fuerte crecimiento de economías emergentes como China y La India han evitado el colapso, la inundación definitiva, porque el dólar sigue siendo para estos nuevos actores en los mercados la moneda de referencia, la divisa más fuerte del mundo, aunque con una perspectiva de análisis fundamental no lo sea. Los inversores chinos e indios han mantenido al dólar a la vez que ha sido muy ofertado por los inversores japoneses, hasta hace poco los valedores del billete verde.

Cambio de protagonistas, por tanto, en lo que respecta a la generación de flujos hacia el área del dólar. Lo importante, ahora, es tratar de ponderar los flujos de entradas y salidas en la divisa reina. Para muchos expertos resulta evidente  que la depreciación del dólar debe seguir su camino en algún momento. También  que todos, excepto las autoridades chinas y buena parte de las asiáticas no ven con buenos ojos una apreciación conjunta de sus monedas en los mercados de divisas. ¿Hasta qué punto están las autoridades chinas dispuestas a sacrificar crecimiento económico por moderar los desequilibrios a nivel mundial?

Recuerdan los observadores que  en la reciente Cumbre del FMI uno de los asuntos que se trató con especial atención fue el una potencial Crisis social en China ¿Cómo evitarla? manteniendo un elevado crecimiento económico que absorba la mano de obra inmigrante desde el campo. Otra cosa es que las autoridades logren esta moderación controlada del crecimiento. Mientras, el dinero sale de China hacia Estados Unidos y da soporte al dólar, hasta que los flujos mengüen.

Hoy, como ayer, el dólar y el resto de los activos en dólares siguen siendo el mejor refugio ante la inestabilidad, especialmente si la inestabilidad viene de un aumento de la aversión al riesgo en un contexto de elevado apalancamiento en emergentes y commodities. Puede suceder, no obstante, lo contrario, que se orqueste una caída ordenada del dólar por parte de la propia Administración de Estados Unidos. En los últimos días se observa, en fin, una mayor agitación y nerviosismo entre los expertos en divisas, como si barruntaran que la volatilidad puede volver a rugir en cualquier momento y que se pase de una voladura controlada a un desorden y caos totales. En la historia reciente ya se han producido fenómenos de esta índole.

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Moisés Romero




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