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LAS ENCUESTAS DE CONFIANZA CONFUNDEN MÁS QUE PROYECTAN VISIBILIDAD

Moisés Romero - Viernes, 27 de Octubre
estdistica Observadores, inversores, gestores, analistas y, en general, la pléyade de actores en los mercados muestran su preocupación por el impacto de las encuestas de confianza o de desconfianza de Organismos e Institutos de renombre en las Bolsas, porque se trata de cifras obsoletas, que, además, tampoco sirven para proyectar luces o sombras sobre el futuro. Hoy, como ayer, se ha demostrado que las referencias y contenidos no sirven para mucho, pero sí interfieren el normal desarrollo de los mercados. Hasta ahora, la más seguida en la zona euro es la del Instituto ZEW. La última alude a la combinación de tipos más altos por parte del Banco Central Europeo y los riesgos derivados de la economía estadounidense para explicar el pobre comportamiento de las expectativas. De hecho, considera que probablemente no ha alcanzado aún el suelo a la vez que considera que remontará en los próximos meses, en línea con el mayor optimismo de las empresas. 

Desconfiemos, no obstante, del diagnóstico, porque lo observado hasta ahora en el caso de las encuestas de confianza europeas es que han pasado de la euforia a principios de año a una corrección a mediados de septiembre para volver a mostrar mayor euforia conforme se acerca el final del año. El consenso es que el Banco Central Europeo seguirá subiendo los tipos de interés, porque la economía europea mantiene tasas de crecimiento aceptables en un contexto de mayores tensiones inflacionistas. El control de precios en la zona euro se ha convertido en el enemigo a batir aún a sabiendas de que en el área hay varias economías que circulan a distintas velocidades, fenómeno que actúa de manera directa en la inflación.

Por eso, son muchos los observadores los que consideran que el manido tema del descontrol de precios es la excusa perfecta para que la autoridad monetaria europea actúe en otros focos más peligrosos y fuera de control, como el inmobiliario. La reciente política alcista de tipos de interés seguida y mantenida por la Reserva Federal de Estados Unidos ha conseguido hacer estallar la burbuja inmobiliaria allí, aunque no ha podido conseguir lo mismo con las grandes burbujas de los bonos y de la Bolsa.

La falta de reacción de bonos y Bolsas a este hecho está justificado por la doble visión, que, desde hace tiempo, se ha instalado en unos y otras. Aquellos, los bonos, mantienen la creencia de que la economía de Estados Unidos aminorará su ritmo más pronto que tarde, por lo que muy bien podría darse un giro contrario en la política monetaria, es decir, que los tipos de interés bajen en los próximos meses en la principal economía del mundo. Las Bolsas siguen muy calientes, en el mismo acto, porque a la abundancia de operaciones corporativas se une el buen momento económico y la divulgación de unos resultados empresariales vigorosos.

O sea, que las encuestas de confianza confunden más que infunden ánimo. No es bueno sembrar el campo de los mercados de incertidumbre con datos pasados y obsoletos. La impresión, muchas veces, es que algunos organismos utilizan sus encuestas para presionar a los grandes bancos centrales. En cualquier caso, el Instituto ZEW espera varias subidas de tipos por parte del Banco Central Europeo, auque los expertos apuestan por una subida adicional de 0,25 puntos hasta el 3,5% a final de año. Respecto a la evolución económica y de la inflación de la zona euro, lo normal es que pronto aparezcan nuevas apuestas diferentes a las realizadas hace unas semanas. Ya se sabe aquello de donde dije digo, digo Diego. Y nadie dimite.


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Moisés Romero




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