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TANTA LIQUIDEZ, TANTA EXUBERANCIA EN LOS MERCADOS NUNCA ES BUENA

Moisés Romero - Jueves, 30 de Noviembre
liquidez Desde que Alan Greenspan abriera la compuerta y decidiera seguir los pasos, a buen seguro sin pretenderlo, del Banco de Japón en lo que ha sido más de una década de dinero fácil, gratis en muchos casos en donde la inflación ha sido más alta, los mercados han nadado en la abundancia. Los tiempos de la exuberancia irracional, argumento que hizo estallar la burbuja de los valores tecnológicos, han vuelto. Los actores son otros y las empresas, salvo excepciones, las mismas de antaño. Los fondos de capital riesgo se han empeñado hasta las cejas con la compra de empresas que los empresarios tradicionales les venden. Cambio de rol. Los milmillonarios del ladrillo se endeudan más, ahora que los bancos les ponen las cosas fáciles, y entran en terrenos históricamente acotados a los poderosos, a la energía y a la banca. Dinero fácil y a raudales. Vuelve la exuberancia. Los analistas más fríos fruncen el ceño.
Los bancos centrales de medio mundo miran con preocupación los sucesos en los mercados financieros, porque la exuberancia irracional cabalga de nuevo. Los bancos centrales del otro medio mundo siguen atónitos estos sucesos y, además, advierten de los riesgos que entraña el exceso de liquidez actual. Así se ha comprobado hace poco en el caso del BOJ, cuyo Informe Tempo fue interpretado como un ajuste gradual de tipos en función los datos económicos y la recuperación de la inflación.
El mismo argumento ha sido utilizado con frecuencia por la Fed, aunque en este caso la declaración de política monetaria ligeramente restrictiva por algún consejero ha abierto la puerta a la especulación sobre futuros descensos de tipos, que luego quedan en entredicho ante la publicación de cifras de empleo más vigorosas de lo esperado. También, el Banco Central Europeo ha reconocido, a pesar de su extrema vigilancia, que es muy pronto para augurar la evolución de los tipos de interés en 2007.

Un poco más allá, el BOS advertía recientemente en su Informe mensual que la política monetaria será acomodaticia, porque no hay tensiones inflacionistas, aunque reconoce que los riesgos a medio plazo para la inflación se mantienen al alza, sujetos a las tensiones acumuladas por la subida de los precios del crudo, potenciales tensiones saláriales y hasta búsqueda de márgenes por las empresas.

Cuando asoma diciembre resulta evidente que los tipos de interés de la deuda se encuentran en la encrucijada entre riesgos a medio plazo sobre la inflación y para el crecimiento. Sucede lo mismo con los beneficios del exceso de liquidez que los bancos centrales pretenden moderar. Dicen los expertos, que en esta situación los inversores cuentan con opciones muy limitadas. Cada vez se está más en la cuerda floja.

twitter.com/moisesssromero @MoisesssRomero

Moisés Romero




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