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EL IBEX, EL ÍNDICE MENOS LÍQUIDO DE EUROPA, UNA TRAMPA PARA CAZAR ELEFANTES

Moisés Romero - Martes, 14 de Noviembre
elefante La mitad del Ibex mantiene litigios sobre el control del poder, que se plasma en una guerra de OPA, como es el caso de Metrovacesa, o en un movimiento de guerra de guerrillas, que es lo que sucede con todas las eléctricas y con Repsol. La otra mitad del principal índice de la Bolsa española se ha declarado objeto de deseo, es decir, que puede ser susceptible de protagonizar operaciones corporativas, como son los bancos. Estos mimbres han construido una cesta fea, sin estilo, demasiado basta y, lo que es peor, dejan al Ibex sin liquidez, porque ha habido, hasta ahora, ansia por acaparar títulos por cajas de ahorro y mutuas, como la Mutua Madrileña. Queda un free float escaso en el principal índice de la Bolsa española, que es el que representa de manera global a las principales empresas. Hay elefantes, principalmente hedge funds, que se han dedicado, no obstante, a vender a crédito con la fórmula del préstamo de valores al especular con una baja que no llega. Estos fondos se ven obligados a recomprar acciones y provocan un efecto chimenea. Ya pasó con Metrovacesa y dicen que sucede ahora con el alza alocada de Sacyr Vallehermoso.
Desde mayo hay fondos, con enormes sumas de dinero gestionadas, que se han puesto enfrente de la manada y han sido atropellados. Hedge funds que han vendido ingentes cantidades de acciones como Metrovacesa y Sacyr Vallehermoso y que se ven obligados a recomprar los títulos vendidos a precios sensiblemente más altos. Se produce, de este modo, un doble fenómeno. Primero,  que los fondos entran en pérdidas o rinden muy por debajo de la media del mercado. Segundo, que aceleran y exageran el alza. No sólo estas dos compañías están en la cruz del anteojo de estos fondos. Todo el Ibex, sin excepción, acumula niveles de préstamo de valores muy importantes respecto al número total de acciones en  circulación.
¿Por qué esta ofensiva de los míticos hedge funds? Porque apostaban desde mayo por un recorte del mercado que no llega. La proliferación de OPA, tomas de razón, movimientos corporativos que se anticipan a la nueva ley de OPA que entrará en vigor el año que viene, y la gran concentración empresarial que se atisba en la economía española a través de las empresas que cotizan, han dejado sin resuello a estos fondos y muy corto de liquidez a los valores líderes. Ahora, las recompras provocan una reacción al alza desmesurada. Por eso, el gentío mira con lupa las posiciones de venta de valores a crédito y con préstamo para hacer lo contrario, es decir, para comprar.
El préstamo de valores es un instrumento por el que los tenedores de acciones de una empresa pueden prestarlas a otros inversores durante un tiempo determinado, a cambio de una prima. Durante ese tiempo, los inversores que han tomado prestadas las acciones de otros inversores pueden operar libremente con ellas para, por ejemplo, venderlas o volverlas a prestar, con lo que en ocasiones se produce un encadenamiento de préstamos. Algunos inversores optan por vender los títulos con la esperanza de poder recomprarlos posteriormente a un precio más bajo antes de tenerlos que devolver, y embolsarse así la diferencia.

Respecto al denominado efecto chimenea (efecto aspiradora para otros), que provoca el alza desmesurada, artificial y técnica de una acción por el efecto recompra, hay que remontarse veinte (20) años atrás para observar una situación similar en la Bolsa española. Se dio con CAF, Compañía Auxiliar de Ferrocarriles. Fueron los primero pasos del mercado a crédito, hoy muerto, y muchos avispados vendieron a crédito (títulos que no se tienen con el ánimo de recomprarlos a precios más bajos de los de venta) debido a los pésimos fundamentales de la compañía.

CAF era entonces, como ahora, valor muy controlado por las cajas vascas, los trabajadores y ejecutivos. La empresa estaba al borde la suspensión de pagos en aquellas fechas, pero levantó, y muy alto, la cabeza. La cotización en Bolsa subía a medida que más aumentaban las ventas a crédito. Cuando estos especuladores quisieron recomprar, las acciones estaban en la estratosfera y, lo que es peor, no había acciones para reponer las recompras.

La Junta Sindical tuvo que intervenir en un acto consensuado con la compañía, pero con tintes de manu militari. Los especuladores repusieron sus títulos prestados, pero asumieron pérdidas, que es lo que sucede ahora con Metrovacesa y, dicen otros, con Sacyr, aunque todo el Ibex está en una situación muy similar.


 

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Moisés Romero




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