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PORTUGAL

Santiago Niño Becerra - Viernes, 21 de Enero

{mosimage}¿Recuerdan aquellos festivales de Eurovisión en blanco y negro en los que después de que todas y todos los intérpretes finalizasen sus intervenciones artí­sticas una locutora y un locutor iban repitiendo tras la, o el, speaker nacional los votos otorgados por cada paí­s?.

A mí­ se me quedó gravada en mi cerebro la maravillosa voz de una locutora, creo que sueca, cuando decí­a: "Portugal, two points" o, "Portugal, five points". De nuevo Portugal vuelve a estar en los papeles, pero no por haber obtenido el primer puesto en un festival de Eurovisión.

Recordarán que meses antes de la publicación de la lista de los paí­ses europeos que integrarí­an el euro, hubo voces que se pronunciaron en contra de que una serie de paí­ses accedieran a la moneda única; recordarán que esas voces expusieron razones indiscutibles desde una perspectiva técnica; recordarán que se dieron razones incuestionables para que Portugal -y España, y Grecia- no se incorporaran al euro. (Ahora no vamos a abordar esas razones; si quieren, un dí­a podemos hacerlo; será interesante). Al final, la decisión fue polí­tica y Portugal entró en la lista.

Ahora están apareciendo papeles, razones, cifras que están poniendo sobre la mesa una serie de realidades que no por viejas dejan de ser actuales. La productividad española es baja y su tendencia apunta hacia abajo. Grecia falseó datos y cifras. La situación de las cuentas públicas portuguesas, finalmente, se ha manifestado de tal manera que ha provocado unas declaraciones explosivas del gobernador del Banco de Portugal tras denegar la Comisión Europea al gobierno luso la posibilidad de alquilar inmuebles del Estado a fin de cuadrar sus cuentas.

No lo entiendo; si el monarca Habsburgo Carlos V tuvo que empeñar unos zapatos de su difunta esposa para cubrir una deuda, ¿por qué Portugal no puede ?poner en alquiler' unos inmuebles para hacer frente a lo mismo?. España no solventó sus problemas tras la venta del monarca, ni Portugal los hubiese resuelto si la Comisión hubiese permitido la iniciativa portuguesa, porque el origen de los problemas de Portugal hoy -y de España, ayer- están -y estaban- en otra parte.

Pero por favor, no sonrí­an; tal vez dentro de un tiempo la Comisión deniegue a España su deseo de alquilar las playas de la Manga del Mar Menor a un consorcio ruso para instalar una refinerí­a de la nueva Yukos.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economí­a IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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