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CATALUNYA

Santiago Niño Becerra - Lunes, 24 de Enero

"Cambiar", eso es lo que dice que desea hacer todo aquel que  ?hace algo malo'.

También aquellos que no han hecho lo debido; y la adolescente o el adolescente cuando abandonan el Servicio de Urgencias de un hospital tras haber sido llevados por un grupo de compañeros después de caer en un coma etí­lico.

También desea un cambio el Gobierno de Catalunya, pero el cambio que el Gobierno de la Generalitat catalana quiere afrontar es bastante más complicado de llevar a la práctica que la promesa de moderar la ingesta de alcohol por parte de un adolescente, ya que lo que el Gobierno catalán pretende que cambie es el modelo productivo vigente en Catalunya.

"Acuerdo estratégico para la internacionalización, la calidad del empleo y la competitividad de la economí­a catalana", ese es el nombre que se le ha dado al conjunto de medidas que los tres partidos polí­ticos que integran el Gobierno han acordado deben ser llevadas a la práctica para posibilitar un cambio de modelo que relance la economí­a en Catalunya, y 2.015 millones de euros el coste que representará para la Hacienda catalana. Bien, ¿qué posibilidades tiene de cumplir el Acuerdo sus objetivos?.

El modelo económico catalán es hoy un modelo que se centra en la pequeña y mediana empresa, en el que abundan las actividades generadoras de bajo y medio bajo valor añadido, que tiene una productividad que no cumple las exigencias actuales y que en gran medida depende de la inversión exterior; es un modelo que fue idóneo para el segundo y el tercer cuarto del siglo XX, pero hoy está superado; es un modelo en el que la cualificación necesaria -profesional de calidad, fundamentalmente- es escasa y en el que abundan las licenciaturas universitarias que no se adaptan a los requerimientos formativos necesitados; es, definitiva, un modelo en retroceso.

Ojalá el acuerdo alcanzado por el Gobierno catalán consiga revertir el proceso de pérdida de protagonismo económico en el que se encuentra sumida la economí­a catalana, pero, pienso, que esos 2.015 millones no lo van a conseguir porque lo que necesita la economí­a de Catalunya es un cambio de chip, y eso no puede comprarse, ni con 2.015 millones ni con ninguna otra cantidad.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura económica. Facultad de Economí­a IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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