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BAILANDO CON RESULTADOS

Moisés Romero - Martes, 25 de Enero

{mosimage}Wall Street se encuentra en plena liturgia de presentación de resultados, aunque los mercados de acciones estadounidenses, a diferencia de situaciones anteriores similares, prefieren mirar ahora más la evolución del precio del petróleo que las buenas, muy buenas, nuevas que llegan desde este frente. Una vez más, los resultados superan las expectativas, aunque aún resta un importante número de empresas por salir a la palestra para desnudar de arriba a abajo (o al revés, que es lo que hacen algunas) sus balances.

Los observadores han dicho en alguna ocasión que determinados ejecutivos estadounidenses de otras tantas empresas se comportan como niños cuando les toca referenciar proyectos y expectativas de sus compañí­as. El juego que se puso de moda hace dos años por estos lares no es otro que el de asustar a la parroquia, con un que viene el lobo, para que luego el lobo no venga y los malos augurios se conviertan en buenas cifras, en balances con músculo y multiplicadores muy interesantes.

Desde hace tres años, un buen número de máximos responsables empresariales se quejan del presente, del pasado y del futuro, como nuestros agricultores, que siempre tienen lamentos en sus peroratas y crí­ticas al sistema polí­tico o a la terca, según ellos, Naturaleza, porque nunca llueve a su gusto. Cuando llega la cosecha, la realidad es diferente. Como sucede ahora con los resultados empresariales.

Pasado el ecuador de esta cita obligada, hay analistas que se atreven a extrapolar resultados y a sacar conclusiones. Hasta el 21 de enero, 115 compañí­as han presentado resultados, con una mejora de los beneficios del 4 trimestre del 16,5% anual, por encima del 15,1% y 15,5% previsto hace una semana y a finales del año pasado, respectivamente. En el mismo periodo de 2003 el crecimiento de los beneficios fue del 28,3%. Pero ese ritmo de crecimiento fue el más alto de los últimos diez años, luego la comparación es odiosa y estéril.

En este bailando con los lobos de los resultados, como en el mejor thriller del nuevo oeste, es interesante resaltar que de las 115 compañí­as señaladas, el 65% ha superado las previsiones que mantení­a el mercado; el 18% se han ajustado al guión y otro 17% las han reportado más bajas. El ratio de downgrade a perspectivas de resultados al alza alcanza el 2%, aunque durante la última semana apenas fue del 0,6%. En términos de sectores, energí­a (+73%) y materias primas (+72%) siguen siendo los que mejor comportamiento relativo a las previsiones obtienen. Todo lo contrario en el caso de utilities (3%) y telecom (+4%).

En unos momentos en los que los estrategas y grandes dirigentes de compañí­as de finanzas e inversiones siguen enfrascados en la tarea ardua y compleja de diseñar actuaciones para el año recién estrenado, los resultados de las empresas estadounidenses constituyen un elemento singular en este proceso, porque dejan la Bolsa en una valoración muy favorable.

Conforme pasa el tiempo, abunda la sensación de que los activos inmobiliarios alcanzan niveles de sobrevaloración fantasmagóricos y que el mercado de bonos se convierte en un juego de ruleta rusa ante las previsiones de subidas graduales de los tipos de interés. O dicho de otra manera, la Bolsa vuelve a ser la gran alternativa inversora en 2005.

twitter.com/moisesssromero @MoisesssRomero

Moisés Romero




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