La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

PAN BLANCO PARA 2005

Moisés Romero - Viernes, 21 de Enero

{mosimage}Conforme avanza enero y los mercados proyectan sus estrategias al mes que viene, con la mirada atenta a la primera reunión de la Reserva Federal de 2005 en la que se acordará, según todos los pronósticos, una subida de tipos de interés, las grandes firmas de Bolsa enseñan sus cartas. El análisis detallado de los informes de situación refleja cansancio, como si los especialistas estuvieran cansados de pensar y maquinar. Apenas hay novedades. El horizonte bursátil no ha cambiado. El dividendo será clave, dicen, en 2005.

La letaní­a es la misma en 2005 que en 2004. Salvo que las principales firmas del mercado, tanto nacionales como extranjeras, hayan decidido jugar con cartas marcadas y ocultar estrategias, los informes de situación apelan a la responsabilidad de las empresas cotizadas en lo que respecta al mimo y exquisito cuidado con el que deben tratar a sus accionistas. O lo que es lo mismo, prevalece en estos primeros compases de 2005 la tesis de la inversión en Bolsa por la ví­a de la rentabilidad. Los estrategas, al decir popular, quieren pan blanco para este año, pan del bueno, del de siempre, con la miga bien prieta por los dividendos.

En marzo se cumplirán cinco años del estallido súbito de la burbuja de los valores tecnológicos, lo que tantos se empeñaron en definir como nueva economí­a. La carrera alcista previa estuvo determinada por el cambio de sesgo, por la anulación del sentimiento histórico de que hay que invertir en Bolsa en empresas rentables y con músculo financiero demostrado. Se dijo en aquellos años que la creación de valor era lo que importaba, es decir que subieran las acciones como la espuma y que lo de menos eran los repartos de dividendos.

Con el estallido de tan enorme burbuja, los gestores de siempre tomaron las riendas de la situación y volvieron por sus fueros. El giro fue brusco y espectacular. La mal llamada vieja economí­a volví­a a imponer sus criterios. Cinco años después, la rentabilidad por dividendo se impone.

La Encuesta de Gestores de Fondos del mes de enero elaborada por Merrill Lynch no tiene desperdicio. El 49% de los gestores de fondos desea que las compañí­as cotizadas retribuyan más a los accionistas, bien a través de la recompra de acciones o incrementando los dividendos. Además, la encuesta revela que la posibilidad de que la Reserva Federal estadounidense lleve a cabo una polí­tica restrictiva ha impulsado a los gestores a reducir el nivel de riesgo en su cartera.

El sentimiento de cautela se refleja también en las preferencias sectoriales de los gestores encuestados que, en esta ocasión, apuestan por sectores defensivos frente a sectores cí­clicos. En cuanto a la asignación de activos, los inversores institucionales mantienen su preferencia por las acciones frente a los bonos, ya que un 71% de los encuestados cree que los bonos están sobrevalorados mientras que sólo un 14% piensa que lo está la renta variable.

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Moisés Romero




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