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SOCIEDAD DE LA INFORMACIÑ“N

Santiago Niño Becerra - Lunes, 11 de Julio

El Gobierno del Reino de España va a poner en marcha una serie de iniciativas, recogidas en un plan, a fin de reducir el tremendo retraso de la ciudadaní­a del reino en las cosas de eso tan etéreo que se conoce como Sociedad de la Información. Creo que no es menester repetir las archiconocidas cifras que demuestran el tremendo atraso de España en todo lo referente a las TICs; en el ámbito productivo el atraso es manifiesto, en el privado completo; lo siento, no puedo resistirme: el porcentaje de población española conectado a Inet es menos de la mitad del finés. El Gobierno del reino desea resolver ese atraso y, de entre las medidas a desarrollar que el plan previsto contempla, destaca, por su impacto social, la expansión de la Televisión Digital Terrestre (TDT).

Las posibilidades de la TDT son inmensas, tanto en lo referente al acceso a servicios públicos, como en lo tocante a los negocios privados a que puede dar lugar. Las ciudadanas y los ciudadanos del reino, las familias españolas, podrán, a través de su receptor de TV, consultar bancos de datos de organismos públicos, resolver trámites administrativos, incluso recibir información personalizada; las compañí­as privadas podrán desarrollar ofertas particulares, informar sobre servicios solicitados y en curso, acotar su ámbito de penetración, de forma personalizada a través de cada receptor de TV. Todo genial, pero, hay un pero. Para que las españolas y los españoles usen masivamente de esas posibilidades, 1) deben -todas y todos- estar familiarizadas/os con la forma de uso de esas tecnologí­as y 2) deben -todas y todos- estar interesadas/os en el acceso a esas posibilidades.

Con respecto al primer punto, ¿es capaz la mayorí­a de las ciudadanas y de los ciudadanos de, por poner un ejemplo, gestionar hoy el acceso a un servicio interactuando con un sistema de análisis de voz?. Con respecto al segundo, ¿estarán interesadas/os las/los españolas/os en el acceso, a través del televisor, a toda esa gama de posibilidades teniendo en cuenta el ránquin de audiencia de los programas que hoy ofrecen los diferentes canales de TV?.

Lo siento, pero soy escéptico. Cuando hoy la mayorí­a de la población se define como azorada y temerosa cuando, al telefonear a un organismo o empresa, oye una voz que le dice que debe ir pulsando diferentes números del teclado de su teléfono a medida que la voz vaya desgranando unas opciones; cuando son concursos, programas del corazón y reality shows los programas masivamente vistos en TV, me cuesta creer que, mayoritariamente y de la noche a la mañana, las personas van a dejar de ver su telenovela para navegar por la web de la Dirección General de Tráfico a fin de comprobar si ya está disponible el ejemplar de su permiso de circulación que renovaron hace una semana.

Aunque siempre es posible no dar otra opción que el acceso a través de la tele y reducir la duración y el número de las telenovelas emitidas.

 
Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economí­a IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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