MORIR DE ÉXITO
Santiago Niño Becerra - Martes, 13 de Septiembre¿Creen Uds. que es posible que una situación se esté desarrollando de forma genial y que, a la vez, encierre un peligro morrocotudo?. El comisario europeo de EconomíÑ‚Âa, el Sr. JoaquíÑ‚Ân Almunia, síÑ‚Â lo cree.
No hace mucho, el Sr. Almunia ha dicho que la economíÑ‚Âa española "deslumbra", pero el déficit exterior español es "no sostenible". La economíÑ‚Âa española, según el comisario, se muestra extraordinariamente bien (las últimas cifras asíÑ‚Â parecen ilustrarlo), y tan sólo ve un problema en el déficit exterior, problema que hay que corregir porque ello indica que el reino está perdiendo competitividad; la corrección, dijo, pasa por acometer reformas estructurales.
Los políÑ‚Âticos -todos- tienen una gran pega, más si su ámbito de actuación es supranacional, y más, aún, si el campo en el que se mueven es la economíÑ‚Âa: ?sueltan' lo que creen que deben soltar en el momento sin considerar qué se dijo antes en relación al asunto y después, es difíÑ‚Âcil -por no decir imposible- llamarles al orden.
Cuando, hace años, cada díÑ‚Âa aparecíÑ‚Âan quinielas sobre los paíÑ‚Âses que acabaríÑ‚Âan integrando el euro, algunos expertos -muy, muy pocos- hablamos sobre lo que iba a suceder en España si España, con su estructura económica, se metíÑ‚Âa en el euro. Uno de los que más dialogaron sobre este tema fue el Sr. Miguel Boyer, una de las personas que en el reino más saben de economíÑ‚Âa.
Esos poquíÑ‚Âsimos dijimos que, teniendo en cuenta la baja productividad de la economíÑ‚Âa española, considerando que el sistema productivo español estaba especializado en producir bienes y servicios de relativamente bajo valor, introduciendo en el razonamiento el hecho de que el nivel de liberalización de la economíÑ‚Âa española era muy reducido y que las devaluaciones competitivas se iban a acabar, España iba a pagar con un desempleo estratosférico y/o con un subempleo galáctico el pasar a formar parte del euro ya que -y lo que sigue aún lo decíÑ‚Âamos menos- era economíÑ‚Âa ficción pensar que el reino pudiese, a medio plazo, dar un giro a su estructura económica.
Fuimos criticados, a mi me acusaron de demagogo, a otros se les tachó de derrotistas; España fue metida en el euro y todos brindaron con champagne -no con cava, con champagne-. Ahora el comisario de EconomíÑ‚Âa, que para más inri es español, dice que, o España acomete reformas estructurales o definitivamente, nos vamos al cuerno.
Ya sé, ya sé; van a decir que España no teníÑ‚Âa alternativa, que era, o el euro o el abismo; pero, ¿por qué no contar -entonces y ahora- toda la verdad?, ¿por qué no preparar -¡algo!- lo que indefectiblemente iba a venir?. España deslumbra -yo no pienso igual: el tiempo, poco, me dará la razón- pero en su aparente éxito, la economíÑ‚Âa española lleva el germen de su desastre. ¡Qué cosas nos cuentan! (ahora y siempre).
Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de EconomíÑ‚Âa IQS. Universidad Ramon Llull.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
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