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CHINA, SEGUNDA PARTE ? IV

Santiago Niño Becerra - Viernes, 23 de Septiembre

Podríт­a creerse que esta acelerada falta de mano de obra puede llegar a ser positiva a fin de forzar una reestructuración de los sistemas productivos, pero no, la cosa es al revés. China, en los últimos 25 años, pero, sobre todo en los últimos 10, ha sufrido un cambio que nosotros no podemos ni imaginar; es como si el Reino Unido hubiese comprimido sus 200 años de revolución industrial en 15; es decir, puede que, en China, el número de teléfonos móviles se esté disparando, pero las estructuras sociales, económicas y mentales chinas no han evolucionado o lo han hecho muy, muy poco.

Podríт­a pensarse que la solución a esta carencia de mano de obra es forzar la emigración tal y como, de entrada, sucedió en la Inglaterra de finales del siglo XVIII y principios del XIX; la diferencia entre ambas estriba en las masas poblacionales a mover, en el tiempo durante el que tienen que ser movidas y en la mentalidad de los desplazados.

El emigrante que, en muchos casos de forma ilegal, se traslada a, por ejemplo, Shanghai, lo hace con la idea de que, un tiempo después, (un tiempo = un año, dos, tal vez) va a regresar a la zona rural de la que procede, es decir, no tiene voluntad de establecerse en el lugar al que se desplaza -entre otros motivos debido al altíт­simo precio de la vivienda en las ciudades-; pero esos desplazados temporales dan lugar a problemas gigantescos. No existen cifras oficiales, pero se estima que hoy en China puede haber entre 30 y 35 millones de desplazados desde las áreas rurales a las urbanas y, aunque las autoridades locales no puedan o no quieran dedicarles la más míт­nima atención, los problemas a que dan lugar afectan al ya de por síт­ muy complicado funcionamiento de las ciudades.

Mi narrador, durante su estancia en Beijing, estuvo ocasionalmente acompañando a un grupo de turistas españoles y mexicanos. Pues bien, varios miembros de ese grupo fueron, en uno u otro momento asaltados por bandas de ladrones que, de uno en uno, aunque coordinados, se dedicaban a tirar de bolsos, o a sustraer billeteros de bolsas. (Eso en las ciudades, porque en las zonas rurales no resulta extraño que alguien que se dispusiese a tomar una fotografíт­a fuese fíт­sicamente asaltado y golpeado a fin de robar su cámara).


Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economíт­a IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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