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CHINA, SEGUNDA PARTE ? V

Santiago Niño Becerra - Lunes, 26 de Septiembre

Es decir, la filosofíт­a, tanto del gobierno central como de los gobiernos locales, es la inacción en cuanto a las cohortes de desplazados o de desempleados puntuales que pululan por las ciudades. Cuando, quien toda esta información me ha proporcionado, estuvo en la ciudad de Beijing, ciudad muy orientada hacia los servicios y con una población estudiantil muy numerosa, estuvo alojado, compartiéndo con otros dos estudiantes un apartamento ?para ricos'.

El apartamento en cuestión se encontraba en la planta 20 de un edificio situado, junto a otros veinte, en una zona exclusiva; su alquiler era prohibitivo: 6.500 yuanes al mes. (Recuerden: 1 euro = 10 yuanes). El edificio estaba limpio, la zona vigilada por guardias privados, incluso una pantalla de TV entreteníт­a la espera de los ascensores en el hall del edificio. Fuera de la zona de seguridad, una masa de mendigos se distribuíт­a por las calles adyacentes esperando una limosna y poniendo de manifiesto que la mendicidad es un fenómeno habitual -y necesario- en un Estado carente de modelo de protección social. Y éste, en parte, es uno de los motivos por los que los ciudadanos chinos han tenido que, digámoslo asíт­, agudizar su ingenio.

Como pueden imaginar, mi narrador me explicó mil y una historia referentes a réplicas de objetos de lujo y de no tanto lujo, sin embargo, lo que superó todo lo que sobre el tema de las réplicas yo habíт­a oíт­do hasta ahora, fue lo que sigue a continuación.

Mi ex alumno decidió adquirir unas zapatillas deportivas y, a tal fin, se dirigió hacia una de las tiendas de la cadena 361у"šÑ‚º, una cadena de tiendas de artíт­culos deportivos anunciada en la TV china, que, como todas las cadenas de tiendas, decora sus establecimientos, viste a sus empleados, embala sus ventas y distingue sus fachadas de forma idéntica. Bien. Entró en la tienda, examinó los variados modelos de zapatillas y se dirigió a la empleada más próxima. Las zapatillas escogidas por él eran un modelo de una marca mundialmente conocida, por ellas le solicitaron 180 yuanes que, tras un poco de regateo, quedaron en 150. La empleada las introdujo en la correspondiente caja, ésta en una bolsa de la cadena, mi narrador pagó y abandonó la tienda.

Como siempre -SIEMPRE- existe el temor de que algo que se adquiere en China pueda ser una réplica, mi amigo le mostró su adquisición a un colega suyo, chino, experto en zapatillas; el consultado, por el mero examen del producto no pudo certificar su autenticidad o falsedad; sin embargo, conocido el precio pagado por las zapatillas, su dictamen fue automático: eran falsas. Tras este dictamen, mi antiguo alumno, tras algunas averiguaciones, llegó a la verdad de la historia: no sólo aquellas zapatillas eran una réplica, la tienda, toda la tienda era una réplica de las tiendas de la cadena 361у"šÑ‚º; es decir, avispados chinos habíт­an replicado las tiendas de la conocida cadena a fin de vender con más facilidad zapatillas replicadas.


Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economíт­a IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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