La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

CHINA, SEGUNDA PARTE ? EPÍLOGO

Santiago Niño Becerra - Jueves, 29 de Septiembre

He dejado para el final, a modo de epíт­logo, el hablar un poco de lo que podríт­amos llamar ?la parte social'. A lo largo de esas seis semanas que mi antiguo estudiante ha estado en China me ha ido remitiendo apuntes, impresiones, pequeñas historias que complementan lo que a lo largo de estos díт­as les ido contando. He seleccionado algunas: éstas.

  • Un díт­a especialmente caluroso mi informante adquirió en una tienda una botella de agua -3 yuanes, una de las marcas más caras-. Ya en la calle, se dio cuenta de que un hombre le iba siguiendo; mi amigo se detuvo y le preguntó si deseaba algo; el hombre le dijo que esperaba a que tirase la botella. El motivo: hay un extenso mercado para las botellas de agua de marca rellenadas con agua del grifo.

  • En la pequeña ciudad de Lau Shua, mi antiguo alumno conoció a una maestra; su salario era de 700 yuanes mensuales y trece pagas anuales; sin embargo, esta profesora, como la inmensa mayoríт­a de los funcionarios, tan sólo perciben doce pagas, la decimotercera, se volatiliza. El Gobierno central entrega a los gobiernos locales -los que pagan a los funcionarios- el importe de las trece pagas, pero éstos tan solo pagan doce. Nadie protesta, nadie investiga, nada se aclara.

  • El nivel de suciedad de la mayoríт­a de las calles (todas, excepto los viales de las zonas residenciales para ricos) es difíт­cil de imaginar para un occidental. Mi ex alumno me remitió una fotografíт­a del enorme montón de basura situado junto a la zona residencial de Beijing en la que estuvo alojado; lo peor es que esa basura se encontraba al lado de varios restaurantes ?para chinos', restaurantes que carecíт­an de puertas y que solíт­an preparar la comida en fogones colocados directamente sobre el suelo.

  • En las pequeñas ciudades, no es aconsejable llevar, de forma visible, joyas ni bolsos debido a la gran cantidad de descuideros que, procedentes de pueblos más pobres, se desplazan a esas ciudades a fin de ?obtener algún provecho de su viaje'; en las grandes ciudades es imprescindible andar con mucho ojo: a un primo de mi amigo le robaron en Shenzhen, a él mismo le robaron en Beijing, ¿dónde?, en una parada de autobús.

  • Es un espectáculo ir a los centros de una conocida cadena comercial francesa, cadena que es muy apreciada en China; mi antiguo alumno se dio una vuelta por el de Beijing. Pues bien, dentro de sus instalaciones es posible comprar bolsos de las marcas más prestigiosas por 30 yuanes (3 euros), puras réplicas y mal realizadas, pero bañados del prestigio de haber sido adquiridas en una tienda famosa.

  • Continuando con las réplicas: en China se han replicado los cafés Starbucks, la estrategia es abrir una réplica en las ciudades en las que la cadena no se ha establecido. ¡Ah!, se me olvidaba: en el local de Beijing de la cadena francesa antes comentada, también era posible adquirir DVDs de video, replicados, naturalmente; todo a mano: se compran los DVDs replicados y el bolso, replicado, para, cómodamente, transportarlos.

  • Ahora, una vez acabada esta serie, rememoren todo lo que sobre China han leíт­do estos díт­as. Rememórenlo y ténganlo en cuenta cuando alguien les hable de las maravillas que China ofrece. Las maravillas pueden estar, pero convendrán conmigo en que hay que andar con mucho tiento.

     

    Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economíт­a IQS. Universidad Ramon Llull.


    @sninobecerra

    Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




    [Volver]