MOVILIDAD
Santiago Niño Becerra - Viernes, 04 de FebreroUds. saben que no suelo criticar al Gobierno; no suelo decir que esta o que aquella medida es un bodrio que no se aguanta, que más que ayudar a encontrar una solución a un problema, ayuda a lo contrario, sin embargo hay cosas que claman al cielo, como el recientemente aprobado Plan Estatal de Infraestructuras y Transportes, el PEIT, para el período 2005 - 2020.
El PEIT ha programado unas inversiones requetemultimillonarias -más de un cuarto de billón de euros- a realizar en los quince años que median entre los dichos y, aunque la cifra marea, mi crítica no va por el lado del importe al que todos, de una u otra manera, tendremos que contribuir, si no a los destinos que se han dado a esos dineros, ya que, ferrocarril y carretera se llevan la parte del león -o la del tigre o la del depredador que a Uds. se les ocurra- del referido monto.
El razonamiento aplicado es sencillo: la construcción de más carreteras y de más ferrocarriles genera PIB por el lado de la demanda que, debido a la vinculación de este tipo de obras, vuelve a generarlo en los niveles siguientes; además, el PEIT pone especial énfasis en el transporte de mercancías, por lo que también contribuye a generar PIB por el lado de la oferta. ¡Qué bien!, puede pensarse; pero no, la cosa, hoy, es mucho más complicada.
Hoy -e infinitamente más mañana- la generación, proporcionalmente más elevada, de valor no se encuentra en la producción y el transporte de personas y cosas, se encuentra en la producción y el transporte de información; hoy -y mucho más mañana- el hecho diferencial, lo que ya está marcando la diferencia entre ser competitivo y no serlo es la capacidad de generar valor a través de la elaboración de información, y para eso hacen falta unas redes que posibiliten su transporte (así como unos niveles de formación que faculten esa elaboración y ese transporte).
No voy a aburrirles con unos datos que, por otra parte, son archiconocidos, tan solo recordar que en España esas redes -su número y su calidad- son patéticas y carísimas. Gobiernos españoles de los últimos diez años: ¡han equivocado el tiro!. Cierto es que sus estrategias en materia de transportes les ha producido -y continuará produciendo- rendimientos políticos, pero a un coste futuro tremebundo. ¿Cuál será el gobierno que se acabará dando cuenta de ello?.
Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
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