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CHINA NO HABLA CHINO

Moisés Romero - Viernes, 04 de Febrero

{mosimage}"El gobierno chino ha perdido la confianza sobre la estabilidad del dólar estadounidense". De esta forma tan simple y clara, para que luego digan que el chino no se entiende, se expresaba hace unos dí­as el responsable de la Agencia pública china Instituto Economic Research. Una afirmación categórica, que ha generado multitud de especulaciones en las últimas horas respecto a la posibilidad de que el G7 decida una revalorización del Yuan. La historia dice, no obstante, que los comunicados oficiales de reuniones de tanta altura no dicen nada. Son, casi siempre, calcos de reuniones anteriores.

Más recientemente, otro alto cargo del gobierno chino consideró que es contraproducente toda la presión internacional para que se tomen decisiones sobre la moneda  china y que puede estar madura la posibilidad de alcanzar una mayor flexibilidad en su cotización en los mercados de divisas. El mismo alto cargo advirtió de que sus palabras eran totalmente privadas y no tendrí­an por qué tener eco en el resto del gobierno. ¿Cuántas veces en las últimas semanas se ha escuchado que el
tipo de cambio del Yuan va a cambiar para después desmentirlo?

Por eso, la mayorí­a de los expertos considera que en el comunicado oficial de la reunión del G7 no va a existir una posición tajante, detallada. Como sucede con frecuencia, serán los mercados los primeros en reaccionar con el paso de los tiempos, cuando barrunten, oteen por aquí­ y por allá, que, en efecto,  en esa reunión de máximo nivel se dijo algo, se sentaron las bases para proyectar actuaciones concretas.

Es más, en los últimos tiempos ha quedado demostrada la incapacidad del G7 para poner orden en un mundo tan bullicioso, dinámico y plagado de intereses multicolores como el de las divisas. Los especialistas recuerdan, en cualquier caso, que es evidente cómo la inestabilidad mostrada por el dólar desde hace dos años largos ha supuesto un reto para numerosos bancos centrales, la mayorí­a de los que vincularon la propia estabilidad de sus sistemas de cambio al dólar tras la crisis de los noventa. Lo mismo es extensible al proceder y experiencia de los grandes bancos de inversión y de los traders en divisas, golpeados, en numerosas ocasiones, con su propio látigo especulativo.

En el caso de la reunión inmediata del G7 algunos observadores mantienen su apuesta de que no habrá grandes novedades sobre el comunicado divulgado tras la reunión en Florida del año pasado. Se dijo, enconces, que era necesaria más flexibilidad en los sistemas de cambio y que las monedas se muevan con base a fundamentales, que es lo que dijo en su dí­a Perogrullo.

Es evidente, también, que se pondrá énfasis, ya reiterado en otras ocasiones, sobre la necesidad de que las economí­as europea y japonesa aceleren su crecimiento doméstico para sustituir progresivamente a Estados Unidos como motor del crecimiento mundial. Y mientras, China a lo suyo, que para reso el chino es un idioma claro, breve y conciso

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Moisés Romero




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