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RESULTADOS Y FED ¿QUIÉN DIJO QUÉ?

Moisés Romero - Jueves, 03 de Febrero

En mercados tan dinámicos como la Bolsa se desaconseja tirar la toalla a destiempo o abandonar las gradas del estadio cuando aún quedan algunos minutos por jugar. El factor sorpresa acude, con frecuencia, a las salas de operaciones y hace posible lo imposible, cierto lo que se antojaba incierto segundos antes. Con los resultados empresariales que se publican durante estos dí­as, de forma masiva en Wall Street, sucede lo mismo. Algunos aventuraron que iban a ser malos, según las primeras proyecciones. Pero no es así­. Sí­ ha sido un acierto, empero, la subida de tipos de interés acordada ayer por la Fed y el mantenimiento de un sesgo prudente.

Los más inquietos pronosticaron a principios de enero que el impacto de los resultados empresariales en la evolución de las cotizaciones iba a ser en esta ocasión muy limitado, porque gran parte de los mismos ya estaban reflejados en los precios de las acciones y que la Fed iba a adoptar una polí­tica monetaria más agresiva.

Conforme pasa el tiempo se observa que el rosario de lamentaciones sirve para poco y que la realidad es muy diferente. La Bolsa, como siempre ha vuelto a manifestar una sensibilidad extrema hacia todo lo que rodea la vida de las empresas que cotizan. Por eso sus tí­tulos se compran y se venden cada dí­ar. Entre los factores que más influyen para proceder de uno u otro modo destacan el estado de salud de las empresas y sus expectativas de futuro. Al mismo tiempo, la Fed tiene la aeronave bajo control y no asusta al pasaje al decir que el sesgo futuro será prudente.

Toca ahora incidir en los resultados empresariales. Los mejores analistas señalan en sus informes apresurados que el mercado ha reaccionado con celeridad a las proyecciones de futuro de las empresas que cotizan en Wall Street más que a los resultados de cierre de 2004. Hay en este capí­tulo buenas nuevas. Compañí­as emblemáticas ya no fruncen el ceño como antaño y encaran 2005 con decisión, con mejores planteamientos. Es lo que esperaba la mayorí­a de los participantes en el mercado y de ahí­ la reconducción de expectativas en la recta final de enero en las Bolsas, aunque los resultados del primer mes del año hayan sido, a nivel mundial, cortos.

Cuando Wall Street se encuentra ya en la fase final de la presentación de resultados empresariales, el cómputo vuelve a mostrar, de nuevo, que los beneficios, como promedio, han sido mayores de lo esperado, con un crecimiento del 18% anual frente al 16,5% previsto a mediados de enero y el 15,5% que se anticipaba a final de diciembrre. Es una mejora que queda por debajo del 28% que se dio en 2003, pero los analistas e inversores saben que entonces el punto de compración era inusualmente muy bajo. El crecimiento del 28% fue el más alto de los últimos 10 años, muy por encima del promedio histórico del 7% debido a los ajustes internos de las empresas más que a su condición de empresas como tal.

Más del 66% de las compañí­a han superado las previsiones iniciales. Los ritmos de crecimiento son del 83% en compañí­as de energí­a y del 87% en materias primas. Los peores, del 2% en utilities y telecom. En el resto de los sectores, los resultados crecen en un rango del 7%-19 % anual.

Los expertos señalan que lo normal, a partir de ahora, es que los beneficios empresariales se ajusten a la banda media histórica del 7%, aunque algunos, como los de Citigroup, esperan que crezcan hasta niveles del 11%, ya con los ajustes internos finalizados en gran parte de las compañí­as.

twitter.com/moisesssromero @MoisesssRomero

Moisés Romero




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