RESACA DEL G7

Moisés Romero - Martes, 08 de Febrero

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{mosimage}Nadie esperaba sobresaltos ni noticias de largo alcance de la reunión del G7, porque los comunicados oficiales se repiten, como calcos. Llamadas al orden fiscal y monetario en el mundo y mejores deseos para los paí­ses más pobres son, desde hace años, el soporte de las alocuciones finales. Ello no significa que en esas reuniones los mandatarios se rasquen la tripa. En los pasillos, en los desayunos, comidas y cenas siempre se proyecta algo. Son dos dí­as de mucha actividad, aunque las apariencias sean otras. Lo sustancial de lo acordado aflorará a los mercados durante los próximos dí­as.

Contaba hace años uno de los mejores especuladores de Wall Street que en las grandes reuniones supranacionales lo menos importante es el comunicado final. Daba dos argumentos. Uno, porque todo el mundo conocí­a el alcance de lo acordado, es decir, habí­a información suficiente y cuando hay exceso de información no hay reacciones de los mercados. Dos, porque lo que en realidad se habí­a acordado entre bambalinas se conocí­a dí­as después. "Siempre hay una reacción inesperada en las Bolsas, divisas o tipos de interés, porque siempre hay alguien que sabe que ésta y aquélla potencia algo acordaron entre dientes, asuntos de interés".

Con esta premisa básica, lo normal es que lo acordado entre sorbo y sorbo, cucharada y cucharada, la semana pasada en el seno del G7 aflore en las próximas horas. Hay, no obstante, algunas inquietudes. Se trata de iniciativas prontas, rápidas. Por ejemplo, el afán de los paí­ses ricos por barrer para adentro. Fueron los casos de Japón, que ha admitido que el resto del G7 habí­a comprendido los esfuerzos para resolver los problemas estructurales del paí­s al mismo tiempo que se esforzó por aclarar que el hecho de que el comunicado del G7 sea el mismo no significa que el dólar tenga que debilitarse. (Tenemos por tanto, el primer eslabón de una cadena cuya longitud desconocemos).

Más pistas. Por ejemplo, que Estados Unidos continuará con los ajustes en las finanzas públicas. Otro, el reconocimiento de las autoridades chinas para seguir adelante con la flexibilidad de su mecanismo de cambios, pero eso sí­, con más tiempo del que pide Occidente y menor presión ambiental para continuar con la liberalización de los movimientos de capitales y la flotación del Yuan. Luego está claro, que la decisión de cualquier modo, no parece inmediata.

Se observan también ambiciones de paí­ses emergentes, como Brasil, que pide la creación de un G10 o G11 para incluir también a China, Brasil, India y Suráfrica en lo que considera un proceso lógico ante el creciente papel de estos paí­ses en la economí­a mundial.

O lo que es lo mismo, la resaca del G7 no ha hecho más que comenzar ¿Impacto en las Bolsas? Ninguno, si el desarrollo de los acontecimientos se produce de manera acompasada. Es lo que dicen los expertos

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Moisés Romero

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