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SEGURIDAD SOCIAL ? y 4

Santiago Niño Becerra - Viernes, 20 de Enero

Fueron ?proletarios'; después, ?obreros'; luego, ?trabajadores'; incluso ?señores trabajadores'; hoy, según algunas denominaciones, pueden ser ?colaboradores'; ¿qué serán en el 2015, o en el 2030?.

Decíт­amos estos díт­as pasados que la necesidad de la mano de obra siempre ha sido, hasta hace escasos años, un elemento insustituible en el proceso de generación de PIB, de tal modo que sin el elemento ?mano de obra' era absolutamente imposible el crecimiento económico. A partir de los años 80 esta concepción comenzó a cambiar cuando se constató que el PIB podíт­a crecer -estaba creciendo- por encima de lo que lo hacíт­a el empleo; constatación que poco después se reafirmó al requeteconstatarse que el PIB podíт­a aumentar y la población ocupada disminuir.

La obra de Jeremy Rifkin "The end of work. The decline of the global labor force and the dawn of the post market era", de 1994, significó un antes y un después en la consideración del factor trabajo y en el de su manifestación: la mano de obra. Su tesis es simple: díт­a tras díт­a, menos trabajadores son necesarios para avanzar en el crecimiento económico. Es una obra que fue -y continúa siendo- un hito pero, recientemente, dos libros han planteado un futuro radicalmente distinto.

En "The 2010 meltdown" (pueden ver una sinopsis en http://www.benefitnews.com/finance/detail.cfm?id=8081), Edward Gordon plantea un cataclismo a partir del 2010 producido por la jubilación masiva de los babyboomers que desertizará de trabajadores cualificados el mundo económico de los paíт­ses desarrollados.

El otro libro, de Vijay Mahajan y Kamini Banga, "The 86 percent solution" (http://www.townhall.com/opinion/columns/debrasaunders/2004/05/24/11791.html), se va al lado opuesto del planeta: al mundo, llamémoslo asíт­, ?menos desarrollado', pero un mundo al que habrá que proveer y del que hasta ahora no se ha ocupado nadie, por lo que existen posibilidades sin cuento para aquellas compañíт­as que deseen entrar en esos mercados.

Sin querer entrar en polémica -recomiendo su lectura- considero que ambas obras se encuadran en el terreno de ?lo que nos gustaríт­a que sucediese' y se enmarcan en un ámbito particular: el de USA. En el mundo postglobal en el que ya nos encontramos -y en el que más aún (si ello es posible) vamos a estar-, ¿qué problema va a tener un taller mecánico de Burdeos para encontrar a un técnico en programación de operaciones de embutición profunda, sea francés, húngaro o chino?.

Por otra parte; en el mundo hiperproductivo en el que estamos y vamos a seguir, ¿qué interés va tener el suministrar televisores de imagen tridimensional a un reducidíт­simo porcentaje de la población de un área que hoy está comenzando a desarrollarse y que, con toda probabilidad, dentro de quince años va a continuar, en el mejor de los casos, en parecida situación? porque, ¿cuánto va a tener que abaratarse la tecnologíт­a y cuánto va a tener que crecer la renta de Eritrea para que sus habitantes puedan adquirir esos televisores?.

La sociologíт­a de investigación tiene esos extremos -y más, en USA-. Junto a obras como las comentadas, pueden hallarse estudios como aquel elaborado hace unos diez años -lo siento, no recuerdo ni sus autores ni su tíт­tulo- en el que pronosticaban, hacia el 2020, la jubilación de la mayoríт­a de la mano de obra ... a los 35 años de edad.

Yo me paro aquíт­, pero Uds., ahora, arrellánense en el sillón que ocupan, síт­rvanse un Jack Daniel's con tres hielos y mediten en lo que han leíт­do en este apartado de Opinión de lacartadelabolsa.

 

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economíт­a IQS. Universidad Ramon Llull.


@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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