La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

LOS LÍDERES DEBEN DIALOGAR

Moisés Romero - Miercoles, 09 de Febrero

{mosimage}Hay en la Bolsa actual una sensación de miedo a no se sabe qué. En el ambiente se palpa el nerviosismo, el temor a lo desconocido. Los valores lí­deres han escondido la cabeza debajo del ala para defenderse, así­, de un potencial enemigo, que por ahora es invisible. Los principales tí­tulos del mercado ya no registran movimientos armónicos. Cada uno va por su lado, como vagabundos cansados. La algarabí­a está en los chicharros y eso generalmente no augura nada bueno. La magia de las cifras asusta a muchos, porque son ya nueve las subidas consecutivas.

Una vez más los í­ndices enmascaran la realidad de fondo. Aquellos suben, hasta encadenar nueve alzas consecutivas, en lo que es el mejor registro, la tanda más espectacular, de los últimos quince años. No confudamos claro, este episodio con el vigor del í­ndice, aún distante de los niveles más altos de su historia. La magia de las cifras impone respeto a muchos. Recordemos la teorí­a de las unidades de millar en los principales í­ndices bursátiles del mundo, el paso, por ejemplo, del 6.000 al 7.000 del Ibex y así­ hasta sumar más unidades de millar, o restarlas. Son movimientos que siempre inquietan a los participantes en el mercado.

Desde hace unos dí­as, el principal í­ndice del mercado nacional se ha enfrascado en una pelea singular. Arroja sí­ntomas evidentes de agotamiento, pero tampoco quiere dar su brazo a torcer y claudicar ante las advertencias de quienes consideran que las cosas han ido muy lejos y que todo, absolutamente todo, está muy caro en el mercado. En el año de El Quijote, la imagen que ahora se plasma en el ruedo bursátil es la de Don Quijote zurrando a los molinos de viento en esa paranoia, cuando los confundí­a con temibles gigantes.

La Bolsa está muy cara, argumentan desde hace unos dí­as los mejores operadores a corto plazo ¿Y los inmuebles? ¿Y la renta fija? En estos dos segmentos, la burbuja es mayor. Por eso, el comportamiento alcista de la renta variable es más técnico que fundamental, toda vez que el PER previsto para este año se sitúa en la media histórica. Ni frí­o ni calor.

A confundir más a la parroquia contribuye la falta de diálogo de los valores lí­deres. El autismo es su señal de identidad. Sólo el Santander quiere emerger, romper lanzas al viento alcista gracias al empuje de una especulación que vuelve a recomendarlo. Los valores lí­deres, como en la vida polí­tica, deben dialogar más y dirigir el tajo en armoní­a. Decí­a ayer un prohombre que la vida polí­tica y económica nacional necesita más sosiego, menos crispación, más diálogo y menos posturas enconadas. La Bolsa, aunque los í­ndices no lo demuestren, necesita también más paz y tranquilidad de ánimo. Los lí­deres deben dar la cara, porque los chicharros sólo dan de sí­ lo que duran los episodios febriles.

twitter.com/moisesssromero @MoisesssRomero

Moisés Romero




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