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AULNAY-SOUS-BOIS (y 4)

Santiago Niño Becerra - Viernes, 10 de Febrero

El resumen del resumen de lo que durante estos díт­as Uds. han ido leyendo en lacartadelabolsa sobre los sucesos de Francia (y siempre es peligroso resumir en exceso), podríт­a ser el siguiente: una generación muy distinta a las que hasta ahora estábamos acostumbrados a ver que se halla ante un problema de, permíт­tanme la rotundidad, imposible solución.

Hasta ahora, los jóvenes de los paíт­ses desarrollados, todos los jóvenes, sabíт­an que teníт­an un camino más o menos predeterminado: un períт­odo de formación de mayor o menor duración, un primer empleo al que otros iríт­an sucediendo y a partir de los que iríт­an progresando socialmente, la formación de una familia, y una jubilación también más o menos relajada. Aunque nadie se lo hubiese dicho, los jóvenes sabíт­an que hasta más o menos los treinta, se les permitiríт­a equivocarse, divertirse, jugar, para, al finalizar su tercera década, sentar la cabeza y madurar ya más reposadamente. Los jóvenes sabíт­an todo eso porque eso era lo que el sistema habíт­a estado vendiendo durante más de medio siglo. Pero estos jóvenes saben que su futuro no va a ser ése.

Los jóvenes de entre 14 y 20 años saben mucho más de lo que las encuestas dicen que saben y son mucho más complejos de lo que indica la simplicidad del apelativo con que los sociólogos les han bautizado: la Generación Game-Boy. Estos jóvenes saben que van a tener muy serios problemas para encontrar un empleo con el que obtener todo lo que desean obtener, todo lo que les han dicho que deben obtener y para continuar teniendo todo lo que hasta ahora han obtenido, y lo saben porque aunque lean muy pocos periódicos -o ninguno-, están magníт­ficamente informados de lo que les interesa saber; esa información la obtienen en los chats en los que participan, en el permanente boca a boca en el que en su mayoríт­a están inmersos. (Les sugiero que, acompañados -solos no podríт­an- de una joven o de un joven de esa generación se sumerjan en esa galaxia).

Esos jóvenes sobrevivirán porque son supervivientes natos, pero sentiremos los movimientos que realicen para adaptarse. Esas jóvenes y esos jóvenes perciben que el sistema está dejando de ser como hasta ahora ha sido, por lo que se niegan, subrayo, se niegan, a hacer lo que dice quien en ese sistema se halla instalado, y se niegan a hacerlo del modo como se dice que deber ser hecho. No es una pura pataleta de joven burgués, es otra cosa; les aseguro que vamos a oíт­r hablar de esa generación.

Se equivoca el ministro Nicolas Sarkozy y como quien él piense al decir que con mano dura es como se resuelven los problemas del tipo a los acaecidos en Francia; los disturbios visibles han desaparecido, pero en el subsuelo permanece el germen del problema: la imposibilidad de que puedan acceder a lo que desean; y lo saben; les aseguro que lo saben; en Francia y en Bielorusia, en Alabama y en Corea; del mismo modo que saben que tendrán que hacer lo que sea para obtener algo de aquello que les dijeron que podríт­an llegar a tener.

(Por cierto. Si acceden ahora al sitio de Aulnay-sous-Bois hallarán, de nuevo, el mismo ambiente apacible que el sitio mostraba antes de los sucesos de octubre; como si nada hubiese pasado, como si nada pasase).

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economíт­a IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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