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REDES

Santiago Niño Becerra - Lunes, 13 de Febrero

"The Net" es el tíт­tulo de una producción cinematográfica dirigida por Irwin Winkler en 1995 con Sandra Bullock en el papel estelar. Cuenta la historia de una ingeniera informática que trabaja por libre y que un díт­a comete el error de acceder a un lugar inadecuado de una web muy especial. El film, la verdad, pasó sin pena ni gloria, fundamentalmente porque en 1995 Internet era algo, aún, bastante minoritario. Vale la pena volver a visionarla con lo que hoy se sabe de La Red y de sus posibilidades.

A finales de los 90, abundaban en la literatura económica informes, estudios y previsiones con un denominador común: la organización en red no es el futuro, ya es el presente. Las ventajas que aportaba una organización en red, y la mejora de funcionamiento que representaba la inclusión de una compañíт­a en una red de compañíт­as, colaborando e intercambiando información, se decíт­a eran absolutas en relación a un sistema no reticular.

Con el tema de las estructuras en red ha pasado algo parecido a lo que ha sucedido con la globalización: ya apenas se habla de las estructuras en red porque se da por sentado que eso es lo que debe ser. Si recuerdan, tras el 11S, una de las razones que se argumentó para explicar el éxito de Al Qaeda fue que su organización era en red. Todo parecen ventajas para las redes, sin embargo, en ocasiones la cosa parece no estar tan clara.

Recientemente, expertos USA en terrorismo y temas militares han reconocido la extrema dificultad de combatir a la insurgencia en Iraq; la razón: la estructura o, más propiamente, la no-estructura que esta adopta. Hoy, en la postguerra (?) iraquíт­ existe una constelación de pequeños y medianos grupos que, literalmente, actúan por libre; no responden a ningún mando unificado, no están integrados en ningún orden establecido, no tienen ninguna vinculación con algo que, remotamente, pueda asemejarse a un plan estratégico de acción.

Estos grupos -su número real es un misterio- deciden unilateralmente las acciones a llevar a cabo y, ocasionalmente, algunos pueden colaborar en un ataque en concreto para, después, cada uno seguir su camino. No disponen de sofisticados sistemas de inteligencia ni de avanzados elementos de comunicación, pero ya han liquidado al 1,4% de las tropas que USA desplegó en Iraq y herido a más del 10% de los efectivos USA establecidos en el paíт­s del Eúfrates y el Tigris. No está mal, ¿verdad?.

Esos grupos están integrados por un personal altamente motivado; que sabe trabajar, no sólo autónomamente, si no incluso en ocasiones en completa soledad; un personal cuyo objetivo es único, sin alternativas; que conoce a la perfección el entorno en el que se mueve; el personal que integra esos grupos es reducido, y sabe que tiene que adaptarse a las circunstancias y contar con lo que en cada momento tenga y disponga; el resumen de esta lista de caracteríт­sticas es simple: la eficiencia de estos grupos es muy elevada y las posibilidades de ser destruidos reducidas. Y, ahora, el colofón: se están enfrentando al ejército más poderoso que sobre la faz de la Tierra ha existido jamás.

Ahora pasen todo esto al mundo de la empresa, al entorno económico empresarial: ¿realmente siempre la estructura en red es la más eficiente? A Angela Bennett, la protagonista de "The Net", se las hicieron pasar canutas por estar en la red y gracias a la red logró salvarse; la pregunta es si estar en la red es siempre el mejor modo de estar.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economíт­a IQS. Universidad Ramon Llull.


@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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