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LA CONTABILIDAD CREATIVA NUNCA HA MUERTO

Moisés Romero - Martes, 02 de Mayo
{mosimage}Hace diez años causó furor en Wall Street la moda de la contabilidad creativa, en lo que a continuación comenzó a denominarse creación de valor para el accionista. A grandes rasgos, la nueva metodologíт­a contable impuesta por los actores de la época consistíт­a en aupar las cotizaciones de las empresas más endeudas y con mayor volumen de pérdidas, porque eso era signo de pujanza y de crecimiento. O sea, que las cotizaciones subíт­an a la espera de que las compañíт­as crecieran. Sucedió lo contrario y llegaron los escándalos contables y financieros. El castillo de naipes de la contabilidad creativa se fue al traste. En la actualidad no hay que desestimar este fenómeno dado el apalancamiento de las empresas por los bajos tipos de interés y las nuevas normas contables internacionales.
En lo salones de operaciones de algunos bancos, cajas de ahorro, sociedades de valores y en los propios parqués de las Bolsas el gentíт­o departe excitado sobre los últimos acontecimientos bursátiles y sobre las expectativas de futuro. En todas las conversaciones aparece la misma pregunta, la del millón de dólares ¿a qué valor le va a tocar ahora subir? ¿en qué sector o sectores se va a fijar la operativa más voraz para apostar sus euros?

El ambiente esta caldeado a raíт­z de la multiplicación de operaciones fantásticas, que como en las bodas de Caná de Galilea, han sido capaces de convertir el agua en vino. O sea, que en la Bolsa actual hay quien sigue creyendo en los milagros, en que los múltiples rumores que se propalan desde hace semanas serán realidad, aunque la historia demuestra lo contrario.

Los debates de los profesionales sobre el furor corporativo que desde mediados de enero afecta a un buen número de empresas en el mundo (otra cosa es el efecto contagio, la tendencia a generalizar las situaciones y a medir todos los sectores y empresas por el mismo rasero) se enconan. Hay, no obstante, un asunto que nos llama la atención. Se trata del fuerte peso, que a decir de los especialistas, tiene en este fenómeno la entrada en vigor de las NIIC, las normas de contabilidad internacionalmente aceptadas.

Esta metodologíт­a está mejor anclada que la contabilidad creativa de hace diez años, porque es internacionalmente aceptada. Permite, no obstante, jugar con algunas partidas, como las reservas y fondos de comercio, que ahora no se ven penalizadas con movimientos de fusiones, opa u operaciones hostiles. O dicho de otra manera, el opante no se ve tan castigado por el mercado a la hora de opar como se ha visto en los últimos años.

El otro sostén de la fiebre de la opa, fusiones, adquisiciones y operaciones corporativas es el enorme apalancamiento que soportan multitud de grandes, medianas y pequeñas empresas con tipos de interés históricamente bajos. La creencia de que van a subir hace que muchas empresas estiren al máximo sus posibilidades y aprovechen la situación excepcional de ahora para apalancarse más, porque mañana quizá no puedan hacerlo y si lo hacen será a un precio más caro.

twitter.com/moisesssromero @MoisesssRomero

Moisés Romero




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